jueves, 31 de agosto de 2017

Mano dura contra los bogotanos


Da escozor, rabia e impotencia el cinismo con el que recientemente salió la señora Alexandra Rojas, gerente de TransMilenio, a decir ante las cámaras de televisión que “las rutas alimentadoras han perdido vigencia porque, según ella o según su jefe, la gente no está llegando al sistema troncal en los buses verdes sino en colectivos, en bicicleta y caminando”.
No sabemos si reír o llorar con estas afirmaciones emitidas por funcionarios que siempre van en carro blindado, nunca cogen un trancón y jamás una ruta alimentadora para llegar al indignante sistema de TransMilenio, porque no tiene otra opción de desplazamiento para llegar a sus lugares de estudio o trabajo.


Recientemente, en entrevista publicada por El Tiempo, el mismo alcalde Peñalosa reconoce que el 80% de los bogotanos tiene una mala imagen de su administración; pero ¿cómo no Alcalde? Si los bogotanos de a pie somos la mayoría en esta ciudad y lo único que se ha sentido es la mano dura de sus decisiones.
Temas hay muchos y nada más en Engativá recientemente vimos con asombro las cuantiosas campañas publicitarias en las salas de cine y los paraderos, donde se pregonaba la recuperación del humedal Jaboque, a sabiendas que el humedal aún continúa siendo la cloaca con la que conviven centenares de familias engativeñas (con mayoría de niños y personas mayores) expuestas al ambiente fétido, animales infecciosos y presencia de delincuentes, sin que ninguna entidad se apersone de la situación, pese a los insistentes clamores que la comunidad ha hecho a las entidades distritales y locales.
 Pero me quiero concentrar en el apretón económico que se les está haciendo pasar a millones de ciudadanos a quienes se les redujeron los auxilios en la tarifa del pasaje del sistema. No sabe Dr. Peñalosa el daño enorme que le causó a los hogares con puntajes superiores a 30,56 en la tabla del Sisbén, pero que igualmente son de escasos recursos, estudiantes y asalariados con un mínimo o menos, y que por su decisión basada en encuestas etéreas ahora están pagando tarifa plena, lo cual fue un descalabro enorme para las finanzas de sus hogares.
Y así, con la población en condición de discapacidad y las personas mayores. So pretexto de que los usuarios vendían los pasajes a tarifa plena.
Y ahora, con otro argumento igualmente fofo y traído de los cabellos, salen a decir que las rutas alimentadoras no están funcionando. ¿No será más bien que les duele que los ciudadanos se suban en semejantes esperpentos móviles sin pagar? Pues al paso que vamos, no me extraña que terminen cobrando por pisar un parque o colocando peajes en las ciclorutas. Nada es gratis en esta vida! Decía mi abuelita.
Pero lo que más coraje da, es que los mismos candidatos que en época de campaña recorren las calles con su sonrisa de oreja a oreja, alzando niños y besando señoras en barrios marginados para obtener su voto, luego lleguen al poder a darle garrote a esos niños y a esas mismas señoras con un tema tan vulnerable y delicado como lo es la economía personal.
¿Cómo así que la gente no está usando las rutas alimentadoras y prefieren llegar en sitp, en bicileta o caminando? Yo lo invito señor Alcalde, que se pare un día entre semana a las 7 de la  mañana en cualquier paradero de Engativá a esperar la ruta alimentadora. Podrá vivir de primera fuente, no por encuestas ni porque le dijeron, la angustia de estudiantes y trabajadores porque la ruta no pasa con frecuencia y finalmente, cuando llega, llega atiborrado y tienen que embutirse en ella porque, repito, NO tienen otra opción de desplazamiento.
O, simplemente observe como llegan esas rutas a los portales con verdaderos racimos humanos. Entonces no nos vengan con cuentos de palitos y bolitas para justificar su sed de meterles la mano en el bolsillo a los bogotanos. Pero a los bogotanos de a pie.
En la misma entrevista de El Tiempo, el Alcalde pide a los ciudadanos que “traten de informarse bien y que propongan cosas que mejoren los proyectos que está haciendo”.
Desde estas páginas, le invitamos Alcalde a informar y a informarse bien sobre la cotidianidad de los capitalinos y a acercarse a ellos mediante los medios comunitarios y alternativos de la ciudad. Pues somos quienes permanecemos en contacto directo y vivimos y sufrimos con ella la realidad, la realidad de verdad, no la realidad de encuestas. Con los medios fortalecidos y produciendo contenidos desde y con la gente de los barrios, seguro que su administración tendría un canal de doble vía, en retroalimentación con los bogotanos y podríamos acercarnos a decir con seguridad que, Bogotá sí es mejor para todos. Porque el problema de comunicación y malos entendidos no se resuelve desde la comodidad de una oficina ni con información en un solo sentido a través de los grandes medios que sólo llega a las élites, sino leyendo en contexto a la sociedad para la que se gobierna y esto se logra a través de sus medios de comunicación.
Y si se trata de “proponer cosas que mejoren los proyectos” que está haciendo la administración. Entonces Alcalde, ¿Por qué no, hacer una encuesta real y aterrizada para conocer a quienes están haciendo negocio con los subsidios de los pasajes en TransMilenio, antes de castigar a la mayoría que no lo hacen? ¿Por qué poner a pagar justos, que somos más, por pecadores, que son minoría? ¿Por qué en lugar de eliminar las rutas alimentadoras y someter a la gente a engrosar el ya colapsado SITP, no les aumenta la frecuencia en horas pico y deja que sigan pagando al ingreso del portal?
Esa misma comunidad que usted dice que sale a saludarlo en los barrios, es gente buena, que aprecia y respeta a sus gobernantes, pero aun así, usted con sus drásticas medidas exprimidoras, le está haciendo mucho daño.
La ciudad, de por sí ya es caótica con sus cerca de nueve millones de habitantes, sus calles atiborradas de caos vehicular, su individualismo marcado y su contaminación ambiental. No es justo que la ahorquen sacándoles hasta el último centavo. Por favor, NO más mano dura contra los bogotanos.

P.D. Ojo con los túneles del portal El Dorado, que se les está convirtiendo en un feria de vendedores ambulantes y viven sucios abandonados.