lunes, 17 de septiembre de 2018

Parque Colsubsidio SÍ, pero NO así
La franja amarilla indica el sector donde se construirá el parque Colsubsidio, en el límite norte de la Localidad de Engativá.
En un área que bordea la Localidad de Engativá al norte de la ciudadela Colsubsidio, conocida popularmente como “Siete canchas”, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte tiene proyectado construir el Parque Vecinal Colsubsidio.
El proyecto aún se encuentra en etapa de estudios y diseños pero ya ha generado ampolla entre  la comunidad ambientalista, que defiende el ecosistema que allí habita.


En entrevista con el Edil Pablo Molano, este corredor lineal a lo largo del Juan Amarillo fue construido en su momento por la ciudadela Colsubsidio, pero cuando ésta entregó la obra a la comunidad quedó abandonada a su suerte. “Las canchas se encuentran invadidas por el pasto, los senderos peatonales fracturados y se ha convertido en sitio de microtráfico favoreciendo la presencia de delincuentes, impidiendo a las familias residentes salir a recrearse”.
Aunque todavía no hay una fecha de inicio de obra, en palabras del Edil Molano, la propuesta del IDRD ofrece la recuperación de este espacio y su diseño se está construyendo en concertación con la comunidad, clubes y escuelas deportivas, teniendo en cuenta las necesidades del sector y que el diseño sea amigable con el medio ambiente.
“Tuvimos una sesión en la JAL, en la que el IDRD nos presentó un diseño preliminar, donde habrá mobiliario nuevo, canchas adecuadas, escenarios para diversas prácticas deportivas, pistas, juegos para niños y gimnasios para las personas mayores, al aire libre, con iluminación y vigilancia. Frente a estos cambios, ¿quién no va a querer un ambiente seguro y agradable cerca a su casa para compartir con su familia?”, se pregunta el cabildante. Y así mismo advierte que las ventajas y las bondades de la obra son muchas comparadas con el escenario de abandonado que hoy brinda inseguridad y malestar a la comunidad.

… Pero NO así
Por su parte, el Biólogo Fidel Ernesto Poveda Gómez, quien desde 1994 se ha consagrado a estudiar las chucuas de la sabana de Bogotá y los ecosistemas anexos, advierte que sobre las copas de los árboles que existen en la zona habitan decenas de especies de aves  que progresivamente se están adaptando como el Coquito o Cora Cora negra y alcaravanes, que prefieren sitios abiertos.
“En el Jardín Botánico dicen que los árboles se están cayendo y en realidad, tuve acceso a unas fichas técnicas que el Jardín hizo sobre ese sector y la realidad es otra frente a los hechos. Lo triste es que los informes están escritos por ingenieros forestales y por Ley (Ley 22 del 84 y Decreto 2531 del 86) deben hacerlo los biólogos”, explicó Poveda.
En cuanto al suelo,  indica que está lleno de quicuyo donde habitan centenares de curíes, comadrejas, culebras, entre otros animales terrestres, que también han aprendido a convivir con la ciudad y a hacerle el quite a las nefastas podas de pasto, a los carros y a los ciclistas que salen a pedalear a tempranas horas del día.
“Eliminar el pasto quicuyo que produce oxígeno y reemplazarlo por planchas recubiertas con fibra sintética es muy complicado para los animales que pican y caminan por ahí”, dijo con gran preocupación el investigador. 

La Propuesta
Lo que se propone es no hacerle daño a las especies y reconocer que allí hay un hábitat con centenares de animales y debemos aprender a compartir con ellos.
“El parque tal como está solo requiere mantenimiento en algunas estructuras que se han deteriorado por efecto del agua en el suelo, pero las áreas que están verdes con pasto quicuyo dejémoslas como están. La intención es que garanticemos la mayor calidad de vida a los animales para que no se nos salgan a los parqueaderos y los maten los autos”, pide el ambientalista a las entidades.
Igualmente manifiesta que en el sector hay más de veinte parques de bolsillo, a los que se les debería invertir el oneroso presupuesto destinado a la invasiva intervención del parque Colsubsidio y permitir que los jóvenes practicantes de deportes usen estos parques sin verse en la obligación de ir hasta el extremo y sentirse marginados.
“Además acá hay un lío jurídico, finalizó Poveda, porque esta zona no debería considerarse espacio público, es un sitio de tránsito entre el río Arzobispo y lo que está a su alrededor”.