viernes, 15 de agosto de 2014

Educación especial para alumnos especiales

Una de las problemáticas más frecuentes de los estudiantes es el incumplimiento con las tareas diarias. La queja constante de los maestros se basa en que los niños presentan bajo rendimiento  y en clase interrumpen a sus compañeros. Al investigar la causa, se descubre que en su mayoría son niños solos, bajo el cuidado de abuelos o personas no aptas para asesorar. Muchos, sometidos a fuertes castigos por parte de sus padres.
Por lo anterior, desde hace dos años en el Colegio Nidia Quintero, bajo la orientación de la psicóloga Luz Marina Acosta, se venían implementando las asesorías de tareas. Pero fue hasta este año con el proyecto “Fortalecimiento de procesos educativos escolares, extraescolares, y asesoría para el acceso a la Educación Superior”, cuando se pudo contar con más y mejores docentes capacitados para cada una de las áreas escolares en las asesorías.
Con lo que no contaban profesores ni padres de familia, era que dentro de los estudiantes que acudían a recibir ayuda, se detectaran cerca de 50 casos especiales, que justificaban el comportamiento de los chicos en casa y en clase. Fue así como solicitaron al proyecto dos educadoras especiales. Actualmente hay niños con diagnósticos de retardo mental limítrofe, dislexia, disgrafia, entre otras disfunciones, que no les permiten rendir como los demás. Para llegar a un diagnóstico de esta naturaleza, se requiere el concepto de mínimo seis profesionales, entre los que se cuentan educador especial, fonoaudiología, terapia ocupacional, psicología, neuro pediatría y terapia del lenguaje.
“Los padres y la comunidad educativa aceptaron que cuando un niño tiene un comportamiento repetitivo hay que buscar la causa. Estos niños diagnosticados inicialmente fueron vistos como necios, que no querían trabajar y no lograban cambiar. Por ello, se necesitó mirar más a fondo qué estaba pasando”, aseguró la psicoorientadora.
Hoy, los niños presentan cambios positivos. Pese a que sus padres pasan un período de duelo cuando se enteran de la realidad, también valoran que esta condición no debe limitar la vida de su hijo. “Se explica a los papás que los niños tienen algunas limitaciones, pero eso no les impide hacer actividades en el campo laboral, como reparar computadores o desempeñar oficios como la panadería. La vida de cada persona hay que ubicarla de acuerdo con su gusto, su potencial y su necesidad. Es decir, se habla de una proyección laboral”. Aclara Acosta.
De igual manera, los docentes cambian su actitud frente al estudiante diagnosticado y les recrean un ambiente más amable en el aula, donde ellos se sientan escuchados, atendidos e incluidos.
No obstante, la psicóloga Cristina Cárdenas, advierte que este tipo de proyectos deben tener permanencia en el tiempo y el espacio, pues “en educación especial es terrible parar los procesos porque los estudiantes se afectan en su parte emocional y académica. Es como si se tuviera un tratamiento médico y se dejaran de tomar los medicamentos”.
Hoy, gracias al apoyo decidido del Rector Ricardo Spinel Gómez, quien no escatimó esfuerzos para facilitar espacios y logística para las asesorías, el Colegio Nidia Quintero trabaja en la creación de un programa curricular que adapte las temáticas a las posibilidades de los estudiantes especiales, pues sus procesos son más lentos pero no alejados de la realidad.
Sin lugar a dudas, esta clase de proyectos cambian y mejoran la convivencia escolar y familiar.

Semillero de artistas cultivan el folclor llanero


En I.E.D. Garcés Navas, los estudiantes desde preescolar hasta sexto, se daban cita todas las tardes de martes, miércoles y sábados para aprender a conocer a Colombia desde su folclor. De acuerdo con el licenciado Wilson Leonel Cajamarca, Rector del plantel, “El PEI de la institución está inclinado hacia la identidad cultural y tiene énfasis en valores artísticos y culturales. En cada grado se trabajan fiestas populares de las diversas regiones del país”.
“Sin duda, continúa el directivo, la formación artística genera en los jóvenes apropiación de la identidad cultural, hábitos de autodisciplina, incrementa el desarrollo mental, la autoformación, el desarrollo del cuerpo a través de la danza, ayuda a perder la timidez y la posibilita el buen uso del tiempo extraescolar”.
Así lo confirman Luisa María Arcos, Karen Dayana Bautista y Daniel Leonardo Meléndez, tres estudiantes miembros del grupo de folclor llanero, quienes apenas bordean los 10 años y ya hablan con propiedad de su gusto por el arpa, el cuatro, la bandola, las maracas y el escubilleo propio del baile llanero. Algunos de ellos tienen sus raíces en esta región del país, otros, apenas sueñan con conocer sus paisajes, pues saben mucho de su identidad cultural.
A Luisa María, por ejemplo, le encantó participar en el proyecto por la forma amena y respetuosa como les enseñaban. “Los profesores son muy chéveres, no se enojan cuando no aprendemos rápido y nos insisten hasta que lo logramos”. Cuando ve en la televisión el concurso internacional llanero de Villavicencio, sueña con estar allá algún día.
A su vez, Karen desde los seis años, tiene acercamiento con el arpa, gracias a sus raíces llaneras. Un brillo especial brota de sus ojos cuando dice con orgullo que ya interpreta Carmen Tea y Mis Martirios con el arpa y aires como como Gabana y Guacharaca en el cuatro. Explica con la seriedad de los expertos que en el arpa no se utiliza el dedo meñique, sólo dedos pulgar, índice corazón y en menor proporción el anular. Tenía la ilusión de conocer a doña Aurora Martínez y lo logró en una  reciente presentación que dieron en el  centro cultural llanero. “Cuando la vi, de la emoción me dieron ganas de abrazarla”.
Entre tanto, Daniel, experto en canto y maracas, está feliz porque ya le compraron las cotizas y el uniforme. Revela que para lograr el ritmo en las maracas “Hay que relajar las manos y lograr hacer trucos, como el floreo”. Todo es cuestión de práctica. “El canto es lo más difícil porque se debe hacer con mucha fuerza hasta tapar el arpa. Hay que mantener la respiración y soltarla de a poquito”. Interpreta Caminito Verde, Carmen Tea, El Morichal, Egoísmo, Cómo No Voy a Decir, pero la que más le gusta es, Poniendo Cachos.
Finalmente, el Rector del colegio Garcés Navas, hace un llamado a las autoridades locales, distritales y nacionales, para que enfoquen su propósito de inversión a la formación de jóvenes en el arte, porque es una respuesta grande y maravillosa para cultivar ciudadanos de paz, satisfechos, proactivos y líderes en la sociedad.