Educación especial para
alumnos especiales
Una de las
problemáticas más frecuentes de los estudiantes es el incumplimiento con las
tareas diarias. La queja constante de los maestros se basa en que los niños
presentan bajo rendimiento y en clase
interrumpen a sus compañeros. Al investigar la causa, se descubre que en su
mayoría son niños solos, bajo el cuidado de abuelos o personas no aptas para asesorar.
Muchos, sometidos a fuertes castigos por parte de sus padres.
Por lo anterior, desde
hace dos años en el Colegio Nidia Quintero, bajo la orientación de la psicóloga
Luz Marina Acosta, se venían implementando las asesorías de tareas. Pero fue
hasta este año con el proyecto “Fortalecimiento de procesos
educativos escolares, extraescolares, y asesoría para el acceso a la Educación
Superior”, cuando se pudo contar con más y mejores docentes capacitados
para cada una de las áreas escolares en las asesorías.
Con lo que no contaban
profesores ni padres de familia, era que dentro de los estudiantes que acudían
a recibir ayuda, se detectaran cerca de 50 casos especiales, que justificaban
el comportamiento de los chicos en casa y en clase. Fue así como solicitaron al
proyecto dos educadoras especiales. Actualmente hay niños con diagnósticos de
retardo mental limítrofe, dislexia, disgrafia, entre otras disfunciones, que no
les permiten rendir como los demás. Para llegar a un diagnóstico de esta
naturaleza, se requiere el concepto de mínimo seis profesionales, entre los que
se cuentan educador especial, fonoaudiología, terapia ocupacional, psicología,
neuro pediatría y terapia del lenguaje.
“Los padres y la comunidad educativa aceptaron que cuando un
niño tiene un comportamiento repetitivo hay que buscar la causa. Estos niños
diagnosticados inicialmente fueron vistos como necios, que no querían trabajar
y no lograban cambiar. Por ello, se necesitó mirar más a fondo qué estaba
pasando”, aseguró la
psicoorientadora.
Hoy, los niños
presentan cambios positivos. Pese a que sus padres pasan un período de duelo
cuando se enteran de la realidad, también valoran que esta condición no debe
limitar la vida de su hijo. “Se explica a los papás que los niños tienen
algunas limitaciones, pero eso no les impide hacer actividades en el campo
laboral, como reparar computadores o desempeñar oficios como la panadería. La vida
de cada persona hay que ubicarla de acuerdo con su gusto, su potencial y su
necesidad. Es decir, se habla de una proyección laboral”. Aclara Acosta.
De igual manera, los
docentes cambian su actitud frente al estudiante diagnosticado y les recrean un
ambiente más amable en el aula, donde ellos se sientan escuchados, atendidos e incluidos.
No obstante, la
psicóloga Cristina Cárdenas, advierte que este tipo de proyectos deben tener
permanencia en el tiempo y el espacio, pues “en educación especial es terrible
parar los procesos porque los estudiantes se afectan en su parte emocional y
académica. Es como si se tuviera un tratamiento médico y se dejaran de tomar
los medicamentos”.
Hoy, gracias al apoyo
decidido del Rector Ricardo Spinel Gómez, quien no escatimó esfuerzos para
facilitar espacios y logística para las asesorías, el Colegio Nidia Quintero trabaja
en la creación de un programa curricular que adapte las temáticas a las posibilidades
de los estudiantes especiales, pues sus procesos son más lentos pero no
alejados de la realidad.
Sin lugar a dudas,
esta clase de proyectos cambian y mejoran la convivencia escolar y familiar.
Semillero de artistas cultivan
el folclor llanero
En I.E.D. Garcés
Navas, los estudiantes desde preescolar hasta sexto, se daban cita todas las
tardes de martes, miércoles y sábados para aprender a conocer a Colombia desde
su folclor. De acuerdo con el licenciado Wilson Leonel Cajamarca, Rector del
plantel, “El PEI de la institución está
inclinado hacia la identidad cultural y tiene énfasis en valores artísticos y
culturales. En cada grado se trabajan fiestas populares de las diversas
regiones del país”.
“Sin duda, continúa el directivo,
la formación artística genera en los jóvenes apropiación de la identidad
cultural, hábitos de autodisciplina, incrementa el desarrollo mental, la
autoformación, el desarrollo del cuerpo a través de la danza, ayuda a perder la
timidez y la posibilita el buen uso del tiempo extraescolar”.
Así lo confirman Luisa
María Arcos, Karen Dayana Bautista y Daniel Leonardo Meléndez, tres estudiantes
miembros del grupo de folclor llanero, quienes apenas bordean los 10 años y ya hablan
con propiedad de su gusto por el arpa, el cuatro, la bandola, las maracas y el
escubilleo propio del baile llanero. Algunos de ellos tienen sus raíces en esta
región del país, otros, apenas sueñan con conocer sus paisajes, pues saben
mucho de su identidad cultural.
A Luisa María, por
ejemplo, le encantó participar en el proyecto por la forma amena y respetuosa
como les enseñaban. “Los profesores son
muy chéveres, no se enojan cuando no aprendemos rápido y nos insisten hasta que
lo logramos”. Cuando ve en la televisión el concurso internacional llanero
de Villavicencio, sueña con estar allá algún día.
A su vez, Karen desde
los seis años, tiene acercamiento con el arpa, gracias a sus raíces llaneras.
Un brillo especial brota de sus ojos cuando dice con orgullo que ya interpreta
Carmen Tea y Mis Martirios con el arpa y aires como como Gabana y Guacharaca en
el cuatro. Explica con la seriedad de los expertos que en el arpa no se utiliza
el dedo meñique, sólo dedos pulgar, índice corazón y en menor proporción el
anular. Tenía la ilusión de conocer a doña Aurora Martínez y lo logró en
una reciente presentación que dieron en
el centro cultural llanero. “Cuando la vi, de la emoción me dieron ganas
de abrazarla”.
Entre tanto, Daniel,
experto en canto y maracas, está feliz porque ya le compraron las cotizas y el
uniforme. Revela que para lograr el ritmo en las maracas “Hay que relajar las manos y lograr hacer trucos, como el floreo”.
Todo es cuestión de práctica. “El canto
es lo más difícil porque se debe hacer con mucha fuerza hasta tapar el arpa. Hay
que mantener la respiración y soltarla de a poquito”. Interpreta Caminito Verde, Carmen Tea, El Morichal,
Egoísmo, Cómo No Voy a Decir, pero la que más le gusta es, Poniendo Cachos.
Finalmente,
el Rector del colegio Garcés Navas, hace un llamado a las autoridades locales,
distritales y nacionales, para que enfoquen su propósito de inversión a la
formación de jóvenes en el arte, porque es una respuesta grande y maravillosa
para cultivar ciudadanos de paz, satisfechos, proactivos y líderes en la sociedad.