Cuando la condición no
es sinónimo de discapacidad
Diego Iriarte González, artista plástico. |
Con tan sólo 14 años, Diego Iriarte González es un artista plástico especializado
en recrear personajes antagónicos del cine fantástico, en la técnica de plastilina.
Cinco exposiciones y un juicioso estudio del séptimo arte, son parte de la trayectoria
de este joven artista colombiano. El autismo no ha sido impedimento para desarrollar
su pasión.
El Emperador Palpatine, Frankenstein,
Jack, Oogie Boogie, The Momie y Nosferatus entre otros, son parte de los
personajes del cine fantástico que han pasado por las manos de Diego Iriarte González,
gracias a su habilidad para crear figuras con plastilina. Pese a las críticas que
han recaído sobre sus gustos por los personajes oscuros, el artista ha
descubierto en ellos un excelente potencial de trabajo por sus características
físicas exageradas, las cuales plasma de manera detallada con la versatilidad
de un experto. Así se lo han reconocido los curadores de arte y ha maravillado
al público especializado.
Desde muy niño, Diego Lord Sidius,
como se hace llamar en Facebook, pasaba horas jugando y creando su mundo con
plastilina, temperas y crayolas. “Siempre le llamó la atención el tema de la
muerte y las calaveras”, recuerda Rocío González, su mamá. No compartía con los
chicos de su edad, ni paseaba en bicicleta o en patines como ellos. Fue hasta
los diez años, luego de múltiples exámenes y consultas profesionales, cuando el
diagnóstico médico dictaminó autismo tradicional con leve problema de lenguaje.
Lo que sin duda le permitió aceptarse en la diferencia y dedicarse de lleno a
desarrollar su pasión por la plástica, dejando atrás el estigma de tener que
actuar como los demás.
Guiado siempre por el
profesionalismo y la intelectualidad de sus padres, el pequeño creador de
mundos fantásticos se nutre de la investigación exhaustiva de grandes
personalidades del séptimo arte, como el director Tim Burton y de clásicos
filmes como El Extraño Mundo de Jack,
Frankenstein, Nosferatus, El Rey León y
la saga de Star Wars.
Para Consuelo Aguilar, madrina
del artista y lideresa de la comunidad en condición de discapacidad de la
localidad de Kennedy, “El proceso con Diego ha sido un trabajo hermoso, interesante
y de gran satisfacción, que le ha ayudado en su interconexión con los demás”. Y no es para menos, pues Diego Lord Sidius y sus obras han contado
con el engranaje de todo un equipo profesional especializado, integrado por los
maestros Antonio Castañeda –Fundación Prodisca-, Gustavo Morales Salamanca,
Robinson Hernández y Emiss Caldas, de la Fundación Arte Boca, quienes viendo su alto potencial, han logrado
llevar sus obras a importantes escenarios como los pasillos del Senado de la
República o la sala de importantes galerías como La Escalera. En ésta última,
expuso junto a reconocidos artistas internacionales.
Con seguridad, Diego Iriarte González, a
sus 14 años es uno de los pocos niños que a su edad ya tienen plena certeza de
su futuro y ya sabe a qué dedicará su vida. Sólo espera poder culminar sus
estudios secundarios para obtener su diploma de bachiller e ingresar a la
universidad a estudiar artes plásticas y de esta manera, dedicarse de lleno a
lo que le gusta hacer.
“Yo creo que Diego podría hacer
una película con lo que hace. Con mi pá
pueden lograr que editen los personajes para darles poderes y movimiento. Él
puede avanzar un 100%, más de lo que una persona cree y puede ser apoyo para
otros niños autistas en el mundo”. Así
lo advierte en tono vehemente Nicolás Iriarte González, su hermano menor, quien a sus 9
años ya tiene la seguridad de que en este mundo no importan las fronteras y que
las personas con alguna condición tienen su propia vida y “pueden llegar más
alto de lo que sus propias familias creen”.
Los cuidadores: la otra
cara de la moneda
La historia del artista plástico
Diego Lord Sidius es tan sólo una de las muchas historias de las más de 200.00
personas en condición de discapacidad que viven en Bogotá, según el sistema de
información de la Secretaria Distrital de Salud, las cuales se encuentran en
mayor concentración en las localidades de Kennedy (13.9%), Rafael Uribe (10.3%),
Bosa (9.4%) y San Cristóbal (7.0%) respectivamente.
En años anteriores se ejecutó en
Bogotá el proyecto 721 que permitió “atender integralmente en los territorios a
las personas con discapacidad, sus familias y sus cuidadores y cuidadoras, a
través de la articulación de actores, servicios y recursos para promover el
desarrollo humano y contribuir con el ejercicio de sus derechos y deberes, con
un enfoque diferencial y de corresponsabilidad”. Lo que permitió que cuidadores
de personas con alguna condición de discapacidad como Rocío González, la madre
de Diego, se vinculara a procesos locales y lograra incidir políticamente en la
toma de decisiones y en la creación de redes que procuraran la visibilización
de las personas en condición de discapacidad, sus cuidadores y sus familias.
“Los cuidadores tienden a encerrarse
en su mundo y por eso nunca salen a la luz. Con el proyecto 721 logramos
beneficios y capacitaciones para formar conciencia en defensa y protección de
los derechos y cumplimiento de sus deberes”, añadió Rocío
González. Igualmente, intervienen espacios democráticos
como los encuentros ciudadanos, desde donde hacen un llamado a la administración actual para que no sólo se
contemplen ayudas técnicas, sino otro tipo de inclusión a nivel social, económico,
político o intelectual.
De igual manera urge el
desarrollo de una política de inclusión transversal donde la población en
condición de discapacidad esté implícita en los planes y programas de salud, educación,
movilidad, vivienda, recreación y deportes, entre otros. “Pensemos en los ciegos
y en los sordos ciegos, hasta para construir las obras”, concluye González. “Nosotros
no podemos encasillar ni limitar a nuestros hijos por tener un diagnóstico médico. Debemos quitarnos esas cargas psicológicas y
procurar que no estén solos. Con ellos se puede salir adelante, hay personas y
organizaciones dispuestas a colaborar, independiente del
tipo de discapacidad que puede ser auditiva, cognitiva, física, múltiple,
psicosocial, sordoceguera y visual”.
Finalmente, Consuelo Aguilar
advierte que con las personas en condición de discapacidad se debe aplicar la
terapia del contacto, donde el amor, el cariño y el reconocimiento de las
personas, les permitan saber que les aceptamos con sus diferencias. “La idea es
que con la red de familias debemos visibilizar y sensibilizar a toda la
comunidad, incluyendo a las autoridades,
para obtener logros a nivel de inclusión y participación”.
Ojalá todas las personas en
condición de discapacidad tuvieran el apoyo familiar y social que tiene el artista
plástico Diego Lord Sidius, donde se les potencien sus habilidades y
permanentemente estén recibiendo “un tierno y cálido abrazo grupal”.
Sería un verdadero aporte para construir la tan anhelada paz.
Sería un verdadero aporte para construir la tan anhelada paz.