No todo se dice con palabras
César López, en reconocimiento a los medios comunitarios de Bogotá. |
“Guardemos la posibilidad de tener un
espacio… de crear el propio universo… siempre y cuando no se dañe a los otros”: César López, artista
colombiano.
No todo se dice con
palabras, también se comunica bailando, pintando, recitando, tocando un instrumento,
entre muchas otras expresiones artísticas. De eso está convencido el reconocido
músico César López, quien ha
dedicado toda su carrera artística al restablecimiento de la memoria
colectiva y la cicatrización de las heridas de la guerra.
De ahí, que desde su
Fundación 24-0 realiza un aporte importante a la sociedad colombiana mediante
la educación
de las emociones, que enseña a las personas a relacionarse mejor con
los otros, al tiempo que los aleja de la violencia.
“Estamos
comprometidos con la educación de las emociones -dijo el artista- siempre que nos encontramos con un chico que ha practicado la
violencia, manifiesta reconocer que quitarle la vida a otra persona está mal,
pero en su momento estuvieron atravesados por celos, complejos, iras u otras emociones
que dañan a las personas. En la escuela nadie nos enseñó a manejar las
emociones, aprendimos a sumar, a restar y a dividir, pero nadie nos dijo cómo
encarar la muerte de un ser querido o las frustraciones, infortunadamente eso
lo tenemos que aprender en la calle”.
Y es precisamente en la
calle donde permean toda clase de tergiversaciones, en una sociedad con un machismo
marcado, en el que los muchachos creen que por ser hombres son superiores a las
mujeres, o creen que para validarse como hombres tienen que golpear, insultar y
empujar hasta el punto de negar su parte femenina, por la falsa creencia de que
van a ser vistos como débiles.
Por lo anterior, desde
la Fundación 24-0, el músico y su equipo de trabajo interdisciplinario exploran
y escuchan los relatos de la Bogotá profunda que habita los barrios, haciendo
un aporte importante en la transformación de dichos estereotipos y enseñando a
los jóvenes a crear su propio universo, siempre y cuando no se dañe a los
demás.