Entre los líderes de la UPZ 74 toma fuerza la propuesta de convocar un paro cívico en los próximos meses para llamar la atención de las entidades distritales y locales, por el abandono que hace décadas vive este sector.
De aquel territorio llamado Engativá, cuyo nombre significa
“señor de los ameno y lo sabroso”, de ubicación privilegiada por sus arroyos,
quebradas y lagunas, de tierras fértiles cultivadas por los asentamientos
muiscas y de hermosos paisajes con fauna y flora inigualable, hoy queda muy
poco. Según documentos, el poblado de Engativá se fundó en el año
1537 un año antes de la fundación de Bogotá y en 1954 se anexó al naciente
distrito especial de Bogotá, igual que Bosa, Usme, Suba, Usaquén y Fontibón,
convirtiéndose en la localidad 10 de la ciudad. La Localidad de Engativá hoy se divide en nueve Unidades de
Planeamiento Zonal –UPZ, desplegadas en más de 3.500 hectáreas que van de la
Avenida 68 hasta el río Bogotá y de la Avenida El Dorado al humedal Juan
Amarillo. Alberga cerca de un millón de habitantes, la mayoría de estratos 2 y
3. No obstante, mientras Bogotá se proyecta ante el mundo como
una ciudad de vanguardia, con complejos
desarrollos de infraestructura y múltiples edificios inteligentes para atender
negocios multimillonarios, el sector del otrora pueblo de Engativá que
actualmente conforma la UPZ 74, donde residen más de cien mil ciudadanos en
cerca de 40 barrios, ha quedado rezagado al no futuro, como si la ciudad que lo
absorbió a mediados de siglo pasado avanzara a sus espaldas ignorándolo en su totalidad. Por esta razón, un nutrido grupo de líderes comunitarios
viene realizando desde hace muchos años diversas acciones para exigir a las
autoridades inversión a todo nivel en su territorio, pues en sus 587 hectáreas
no hay nada y falta todo.
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