sábado, 29 de noviembre de 2014

Distrito tendría que pagar 32 millones de dólares por terrenos del Jaboque*
El 3 de abril del 2014 un Magistrado condenó a la EAAB a pagarle a un particular más de 64.000.000 millones de pesos (cerca de 32 millones de dólares) por perjuicios materiales.
La capital tendría que pagar una multimillonaria suma por cuenta de un polémico fallo del Tribunal Administrativo de Cundinamarca. La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) fue condenada por no adquirir un predio que, en teoría, y según lo dice su escritura pública de 1963, pertenece al Distrito capital.

La historia
Todo comenzó en el 2001 cuando el Consejo de Estado decidió una acción popular y le ordenó al Distrito adquirir los predios necesarios para proteger y conservar el humedal Jaboque, en la localidad de Engativá, “que a la fecha no hayan sido adquiridos, y que se encuentren dentro de las zonas de ronda y manejo y preservación ambiental”.
Inmediatamente el señor Jorge Enrique Cortés Rojas indicó que el Distrito debía adquirir su finca, La Providencia, alegando que es uno de los predios mencionados en la acción. Sin embargo, la empresa de Acueducto argumentó que ese predio es un bien público que pertenece a Bogotá, y se negó a hacerlo.
El señor Cortés Rojas compró la finca a Álvaro Rojas Barbosa por medio de un apoderado, cuatro meses antes de que el Tribunal Administrativo se pronunciara sobre la acción popular. Y pagó 60 millones de pesos por un predio de más de 1 millón de metros cuadrados. Además, en la escritura dice que el inmueble “hace parte en su totalidad del humedal Jaboque, ubicado en la zona de Engativá”.
Lo curioso es que a pesar de reconocer que su predio está ubicado en zona protegida, en su acción de reparación se pretenden más de 180.000 millones de pesos por indemnización, lucro cesante y daño emergente.

Un predio sin linderos

En 1954 el señor Isidro Silva Varón, por sentencia de un juzgado de Bogotá, adquirió el predio por prescripción. No obstante, el original de dicha sentencia y su proceso no se han encontrado hasta el momento. El instrumento público señalaba vagamente como límites de La Providencia, al norte al río Bogotá y al occidente, oriente y sur con propiedad privada. Respecto a este tema el Instituto Geográfico Agustín Codazzi dijo que debido a lo subjetivo en la descripción de los linderos, el predio no se puede ubicar.
En 1979 Silva vendió el predio a Álvaro Rojas Barbosa por 20 millones de pesos pero solo en 1996 este último contrató a un ingeniero civil para delimitar La Providencia. Y al hacerlo, presuntamente lo ubicó sobre el predio La Florida, de propiedad del Distrito. Lo curioso es que la Notaría 29 de Bogotá aceptó esta aclaración de linderos sin contar con la resolución o certificado de la oficina de Catastro.
En 2009 el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público (Dadep) presentó demanda de nulidad de las escrituras públicas contra Jorge Enrique Cortés Rojas y Álvaro Rojas Barbosa, proceso que aún está en curso.

La sentencia
A pesar de ello, el magistrado Carlos Alberto Vargas Bautista dictó sentencia sobre la acción de reparación argumentando que la decisión sobre las escrituras no incidía en el caso que él adelantaba, a pesar de que el ministerio público en su momento le pidió suspender el proceso. Además aseguró a la Revista Semana, que si supuestamente el bien era del Distrito, no era lógico que aparecieran documentos en los que el Distrito demanda a Cortés por no pagar impuestos.
El Departamento Administrativo de Espacio Público, DADEP, apeló la sentencia que condena al Distrito afirmando que no es lógico que el Distrito pague por un bien que le pertenece desde 1963, más cuando aseguran que sus escrituras y títulos no dan lugar a dudas.
El pasado miércoles 10 de septiembre la directora del DADEP, Blanca Inés Durán, interpuso una denuncia en la Fiscalía General de la Nación en la que solicita investigar los presuntos delitos de obtención de documento público falso, fraude procesal, usurpación de tierras y prevaricato por acción.
El pleito por el polémico fallo apenas comienza y va para largo.