En total abandono se
encuentra el único Parque Regional de Bogotá, ubicado al occidente de Engativá.
En el recuerdo quedan los tiempos cuando miles de jóvenes, estudiantes de
colegios y jardines infantiles de toda la ciudad, realizaban prácticas
recreodeportivas en sus 267 hectáreas. Y Los bogotanos añoran las actividades
de respiro familiar en este gran parque que, por su riqueza natural, en 1970 albergó
el Jamboree Scout Nacional.Conoce Aquí los equipamientos que posee el Parque Regional La Florida.
La historia del parque La
Florida data del Decreto 0277* expedido por la Junta Militar de Gobierno en
1957, quien “Considerando que era indispensable que las clases populares de
Bogotá, tuvieran un gran bosque o parque de diversiones para la expansión al
aire libre, con campos para deportes, piscinas y distracciones sanas, teatros
al aire libre, clubes deportivos, pistas de patinaje, baños de agua caliente,
sky acuático, etc., para lograr el constante mejoramiento de las condiciones
morales y físicas de los habitantes de la capital de la República”, nombró
una comisión especial que, luego de un estudio cuidadoso, dictaminó que la Hacienda
La Florida “Era el inmueble más adecuado para la construcción de dicho
parque popular, por su abundante provisión de aguas y potreros, que daban
atractivo y facilidad para la práctica de los deportes”. De esta manera se
decretó “De utilidad pública e interés social la adquisición, por el
Distrito Especial de Bogotá, con destino a la construcción de un bosque o
parque popular, la finca denominada "Hacienda La Florida", ubicada en
jurisdicción del Distrito Especial de Bogotá y de los Municipios de Funza y
Cota, Departamento de Cundinamarca”.
Para conocer la situación
actual de esta riqueza ecológica y ambiental, que hoy presenta alarmantes
niveles de deterioro como consecuencia del abandono estatal, El Hormiguero
entrevistó a Juan Manuel Benítez, líder social y conocedor del territorio,
desde hace más de quince años.
¿Cuáles son las
problemáticas del parque?
Son muchas, pero las
resumiremos así:
1.
No hay transporte público. La comunidad hizo la gestión en Transmilenio para que se asignara
una ruta alimentadora desde el portal de la 80 hasta allá, pero respondieron
que el servicio no puede salir de Bogotá. Es un contrapropósito que la alcaldesa,
Claudia López, desincentive el uso del carro particular y motive el uso de la
bicicleta y el transporte público, si ni siquiera arregla las vías ni ofrece un
servicio público para su parque regional. Nos preguntamos ¿cómo hizo
Transmilenio para llegar hasta Soacha? y ¿cómo tienen patio talleres en Cota?
2.
No hay alumbrado público. Más de la mitad del parque está en la oscuridad, lo que genera altos
índices de inseguridad. Hace poco, los señores de Codensa retiraron la red
subterránea, a raíz del accidente de un niño que se electrocutó por el mismo
abandono en que tenían sus cajas, y quitaron cerca de 60 bombillas de la ciclorruta.
Es un peligro pasar por allí después de las 6 pm. y eso se ha hecho popular en
las redes sociales, mostrando una imagen negativa de un sitio creado y pensado
para el esparcimiento y la recreación de los ciudadanos.
3.
No hay vías de acceso y las que existen están totalmente deterioradas, incluyendo las
vías internas del parque. Las entidades encargadas como el Instituto de
Desarrollo Urbano -IDU, la Unidad de Mantenimiento Vial -UMV, el Instituto
Distrital de Recreación y Deporte -IDRD, se tiran la pelota. Hace más de un año
retiraron el puente sobre el río Bogotá que conecta a Engativá con el parque La
Florida y no dan alternativas. El Jarillón del río Bogotá está hecho un
desastre y la gente desesperada lo ha ido rellenando con residuos de obra y
escombros.
4.
El servicio de poda de la empresa Aguas de Bogotá es deficiente. El césped mal cortado,
poca gente trabajando, algunos operarios sin experiencia y en algunos puntos
del parque el pasto tiene hasta un metro de alto, lo que representa un peligro
para la gente porque puede haber huecos o culebras, atentando contra la
integridad de las personas.
¿Cuántos ciudadanos
transitan por las vías aledañas al parque?
Desde las cuatro de la
mañana cerca de diez mil personas que trabajan en la zona industrial de Funza,
Siberia y Cota, usan esa servidumbre diariamente, en moto o bicicleta. Además,
esta vía es una alternativa evitar el trancón de la 80 y llegar más rápido. La
gente arriesga su vida y sus vehículos, con las maniobras que deben hacer, por
transitar estas vías convertidas en barrizales.
¿Qué gestiones ha realizado
la comunidad?
Permanentemente enviamos desde
la cuenta de Twitter: amigosparquedelaflor, fotografías del estado del parque,
a la alcaldesa mayor, a la alcaldesa local, a las entidades implicadas y a los
entes de control. Nos hemos reunido con funcionarios distritales y
departamentales, y nada. Escribimos a la personería de Bogotá y les pedimos que
vinieran a evidenciar que la gente no puede transitar y los riesgos que corren.
Solicitamos a la Veeduría Distrital que investigue lo que está sucediendo. Pero
nadie toma medidas de solución.
¿Cuál ha sido la respuesta
de las entidades?
En cuanto a las vías, las
entidades se tiran la pelota y no dan ninguna solución. la Unidad de
Mantenimiento Vial dice que no las pueden arreglar, el IDU responde que no
tiene nada que ver y que es el IDRD el responsable, pero en 2007 le otorgo
permiso a Telmex para pasar por la zona una red de fibra óptica. Y el IDRD no
tiene como función hacer vías, eso le corresponde al IDU. En el año 2006,
logramos que la Gobernación de Cundinamarca asignara 12.500 millones de pesos
para el cambio del puente y el arreglo de la servidumbre, desde la autopista
Medellín hasta la calle 13, pero el IDRD con la personería denunció ante la CAR
a la Gobernación, argumentando que estaban afectando al medio ambiente,
desconociendo que esa vía ya estaba pavimentada desde la época de la Junta Militar
y lo que se iba a hacer era un mejoramiento. Recién posesionada la alcaldesa
Claudia López nos reunimos con la UMV, el IDU y el Instituto de Infraestructura
y Concesiones de Cundinamarca -ICCU, en las instalaciones del Instituto
Distrital de Recreación y Deportes -IDRD. Los funcionarios acordaron elaborar
un documento donde cada entidad se comprometía a realizar un aporte para resolver
el problema, pero a hoy no ha pasado nada.
¿En este momento quién está
a cargo del parque?
Cuando se consulta el
sistema de información del IDRD, donde están todos los parques, se encuentra
dentro del inventario el Parque Regional La Florida identificado con el código
10-311 y por ello, siempre ha contado con un administrador pagado por el
Instituto. El servicio de poda es un contrato del distrito con la empresa Aguas
de Bogotá y el Jarillón del Río Bogotá es responsabilidad de la empresa de
Acueducto.
¿Desde la comunidad, cuál es
la solicitud concreta a las entidades?
Que respeten a la gente, estamos
pidiendo que Bogotá se apropie y realice un mantenimiento real a este gran y
único parque Regional de la ciudad. Que instalen el puente que quitaron y
permitan el acceso al parque la Florida de centenares de personas que usan este
tramo para entrenamientos, trotar o montar bicicleta; que arreglen las vías
incluyendo las internas, que organicen eventos recreodeportivos y las
actividades de respiro que tanto publicitan en la manzana del cuidado, que
permitan que centenares de niños, niñas, personas mayores, jóvenes y familias
de Engativá y Bogotá, disfruten este parque público. También que permitan a
miles de ciudadanos, de clase trabajadora, transitar por sus vías para llegar a
la zona industrial de Funza, Siberia y Cota, reduciendo los tiempos de desplazamiento.
¿Cuál es la importancia del
parque La Florida para Engativá y Bogotá?
Ese parque es un pulmón para
el occidente de la ciudad. En Engativá centro están autorizando la construcción
de torres de apartamentos alrededor del humedal Jaboque, sin prever que el
sector no cuenta con parques ni sitios de recreación al aire libre. El único
sitio de diversión es la ciclorruta que conduce al parque y el propio parque La
Florida, pero la gente no acude por los problemas que existen. Además, sus vías
son la única opción para miles de personas que viven en Engativá y trabajan en
la zona industrial que allí existe.