De izquierda a derecha: Carmenza
Pérez (Tribunal de Garantías), Martha Barrios (Presidenta) y Paola Castillo
(Secretaria) de la Junta de Acción Comunal, barrio El Real.
Hace cuatro años cuando le cegaron la vida a su hijo Ricardo en una de
las esquinas del parque, en medio del dolor y la impotencia Martha se armó de
valor y tomó la firme decisión de trabajar por la recuperación del barrio. Sin
duda, la sangre derramada de su primogénito fue el motor que la impulsó a decir:
“Ya puse una vida por la seguridad de mi barrio, ahora me voy a apersonar de la
situación para que ninguna otra mamá sufra lo que yo viví”.
Esta es la historia de Martha Barrios, una mujer enamorada del tradicional
barrio El Real, ubicado entre calles 66 y 64J y desde la Avenida Boyacá hasta
la carreta 77, entre La Consolación, El Luján, San Marcos y Villa Luz; al que llegó
hace más de 30 años, cuando apenas despuntaba la luz de su juventud.
Hoy, convertida en madre y abuela, es la presidenta de la Junta de
Acción Comunal -JAC, desde donde trabaja incansablemente en múltiples proyectos
por el bienestar de la comunidad.
Dentro de los proyectos, se destaca el trabajo con los adultos mayores,
quienes se reúnen los miércoles para hacer actividad física y compartir
inolvidables jornadas de integración, bajo la coordinación de Alexander
Baquero, vicepresidente de la JAC. Los
sábados en las mañanas la cita es con niños entre 4 y 14 años, para darles
clases de inglés, español o matemáticas y hacer manualidades. Los profesores, Mónica
Rodríguez y Cristian Jiménez, son madre e hijo que donan sus conocimientos, su
experiencia pedagógica y su tiempo, a la Fundación ambiental social Pangeasis,
dirigida por la secretaria de la JAC, Paola Castillo.
Recuperando el parque El Real
Sin embargo, el trabajo que más le ha concentrado esfuerzos y
dedicación a Martha y su equipo de trabajo de la JAC es la recuperación del
parque, el cual ha vivido durante más de 20 años entre la indiferencia y el
abandono estatal.
Allí, a los niños les toca divertirse en armazones de pedazos de madera
deteriorada, que en otrora fueron juegos infantiles y compartir los espacios de
esparcimiento con extraños que consumen alucinógenos frente a ellos, sin
escrúpulos. Además, las canchas y los senderos ofrecen peligrosas ondas en el
pavimento que junto a la escasa iluminación amenazan a grandes y chicos con una
caída inevitable.
La tarea no ha sido fácil, aclara la Presidenta, al tiempo que recuerda
con tristeza en su mirada el día en que adelantaban una jornada de limpieza y recibieron
amenazas de aquellos “extraños”. Pero, aun así, advierte que continuarán
trabajando sin desfallecer, por recuperarlo.
Barrios revela que el parque no está codificado y por eso les ha
tocado recurrir a las entidades de manera insistente para que lo incluyan en el
inventario de parques de la Localidad, pues es el único espacio de
esparcimiento y recreación de la zona. Llevan un proceso judicial de más de 19
años defendiéndolo y les favorece que los árboles, con más de 50 años de vida, están
censados por el Jardín Botánico y eso da cuenta de que éste no es un lote
baldío, como algunos pretenden hacer creer.
“La alcaldía tira la pelota al Instituto de Recreación y Deporte -IDRD
y éste al Departamento Administrativo de Espacio Público -DADEP. Allí nos dicen
que no está en el inventario, pero eso nosotros ya lo sabemos, lo que pedimos
precisamente es que lo codifiquen y lo incluyan dentro del inventario. Es el
único parque de la zona y trabajamos para recuperarlo social y ambientalmente”,
indicó. “Hemos obtenido grandes logros, ya conseguimos con la UAESP que en
abril nos cambiaran las luces principales del parque y hace veinte días nos colocaron
un poste para alumbrar el punto de mayor inseguridad. También hace poco nos instalaron
una cámara de seguridad”.
Sin embargo, falta mucho por hacer en materia de seguridad en el
barrio El Real, pues sus habitantes no se sienten del todo tranquilos de noche
en sus calles, debido a que las bombillas son de baja potencia y titilan de
manera permanente. Y como si fuera poco, desde varios meses atrás están
realizando cambios en las tuberías centrales, obra que tiene todas las calles
rodeadas de polisombras, lo que les ha aumentado la inseguridad.
“El impacto social con estas obras ha sido fuerte, dice Barrios,
tenemos una mesa de trabajo a la que hemos invitado diferentes entidades, a la
Alcaldía y la Policía Nacional. Denunciamos el retraso en las obras y la
inseguridad e incomodidad que nos están generando, pero desafortunadamente los
funcionarios que asisten no poseen poder decisivo. Los policías vienen dos o
tres días y luego se olvidan. Eso nos está perjudicando”.
Ejemplo de trabajo comunal
Sin duda, el equipo de trabajo de la Junta de Acción Comunal en El
Real es ejemplar. Todos trabajan, todos aportan, todos construyen. “En este
barrio abundan los ángeles, porque cuando tocamos cualquier puerta siempre sale
una persona dispuesta a colaborar”, expresa Barrios con gran satisfacción.
Gracias al programa de reciclaje que desarrollan, el siete de
diciembre se tomarán el parque iluminándolo con faroles de botellas plásticas.
También están creando el pesebre y realizarán la primera novena de aguinaldos
en el parque, donde integrarán a todas las familias. Será un hecho histórico en
el barrio y la localidad.
Como mamá y por la pérdida de su hijo, Martha se emociona trabajando
con los niños e involucrándolos en las actividades de la junta, “para que le
vayan cogiendo amor a la acción comunal”. Recientemente emprendió una campaña por
la identidad del barrio, el que popularmente se conoce como ´Boyacá-Real´, desde la época de los 70
cuando las rutas de los buses llegaban a estos dos barrios. “Pero el barrio se llama El Real, -aclara
enfáticamente la Presidenta, y eso es lo que le infundimos a los niños, para
que se apropien de su barrio”.
Finalmente, Paola Castillo concluye que “si uno se compromete de corazón
en las labores comunales puede lograr muchas cosas, la cuestión es estar involucrados,
tener constancia y persistir”. Hermoso ejemplo de trabajo comunal, digno de
conocer y replicar.