sábado, 9 de marzo de 2019

Michael Alexander Páez Moreno: gran promesa del motociclismo nacional

Michael Alexander Páez Moreno llega todos los días al jardín infantil Pulgarcito del barrio La Florida, en su moto Kawasaki verde, bajo la mirada de asombro de profesoras, padres de familia y compañeros de preescolar.

Con tan solo cuatro años, el pequeño Michael ha ganado 18 medallas y tres trofeos. Su pasión por el motociclismo es un caso difícil de explicar, sólo hay que verlo, admirarlo, aplaudirlo y apoyarlo, con la emoción de sentirse cerca de un futuro campeón de talla internacional.


Desde que tenía dos años, Michael se emocionaba cuando veía al mejor amigo de su papá llegar en su moto Kawasaki verde. Ante su insistencia tenían que darle un paseo, pero no como parrillero, sino adelante como conductor, donde podía acelerar y hacer rugir el motor. No importaba que sus cortos pies quedaran perdidos en el aire, tampoco que el casco pesara sobre su cabeza, lo único que contaba era el placer de sentir la adrenalina de la velocidad recorriendo su pequeño cuerpo.
“Luego vino la Navidad, recuerda Omar Páez, su padre, y cuando le preguntamos qué quería de regalo dijo que una moto Kawasaki verde igual a la del amigo”. Por más de quince días recorrieron centros comerciales, casas matrices y cuanto sitio podían, pero no la encontraban. Ya estaban decididos a aplazarle el regalo para el siguiente año.
“Hasta que al fin en un centro comercial del centro de la ciudad, el mismo 24 de diciembre a las 4 de la tarde la encontramos”, narra Melissa Moreno, su joven madre. Y fue así como ese 24 de diciembre de 2017 a media noche, los vecinos del barrio La Florida vieron aparecer por primera vez en sus calles a ese pequeño motociclista.
Con tres años recién cumplidos y a pesar de que la moto era pequeña, Michael no alcanzaba a tocar el piso con los pies. Gracias a las destrezas de su padre, quien se desempeña como mecánico automotriz, lograron adaptarla a su tamaño para que tocara el piso con la punta de los pies. “Le colocamos ruedas para que practicara y le comprimimos el monoshock haciéndole unos adaptadores para bajarle las barras”, explicó Páez.

Inicia trayectoria profesional
Posteriormente, el mismo amigo que despertó la pasión de Michael por las motocicletas los relacionó con una pista en el barrio Perdomo, para que practicara. Allí hubo necesidad de completar el ajuar con elementos de protección como rodilleras, coderas, chaleco y casco para que lo dejaran correr. Al principio, subía los pies para equilibrarse y se desplazaba muy suave con el papá corriendo detrás. Así se dieron las primeras caídas, pero ni los moretones hicieron desistir a este pequeño gigante del motociclismo colombiano, pues no pasó mucho tiempo para que, inspirado en el italiano Valentino Rossi, arrancara con la seguridad de un experto.
En el Perdomo se contactaron con el Club Escats que organiza válidas cada quince días y los más pequeños compiten en la Categoría Pañales. Michael es el más chico del grupo pero con un nivel muy alto y en tan sólo un año de carreras ha ganado tres trofeos y 18 medallas. “Nos tiene sorprendidos, dicen sus padres, él se transforma en la pista, su mirada es otra, se concentra, se enfoca en la carrera y con esa seguridad arranca”.
Melissa confiesa que cada vez que lo ve en acción no puede contener la sensación que le produce esa mezcla de alegría y nervios. “Es difícil explicar la emoción que se siente al ver a mi chiquitín de cuatro años en una moto a toda velocidad. Si ni siquiera nosotros sabíamos montar”. Aunque de manera decidida y en un acto de apoyo con su hijo cada uno compró su propia motocicleta y aprendió a manejar para competir también, en la categoría de adultos, pero revelan que les va muy mal.

Una gran promesa del motociclismo
Con el talento y el arrojo que lo caracteriza, el pequeño Michael muy pronto iniciará a competir en carreras de talla nacional y para afrontar ese reto se prepara diariamente con gran fervor. En todas las ciudades del país hay niños motorizados con gran capacidad, pero su edad y su nivel de competitividad unidos a la espontaneidad, la ternura y el brillo de sus ojos, le otorgan una gran ventaja que lo hacen sobresalir donde quiera que está.
Por ahora, Michael requiere una moto con más capacidad, con más cilindraje, que le permita desafiar los nuevos retos que el mundo del motociclismo le ofrece.
Seguramente encontrará un patrocinador que le conceda suplir esta necesidad y con el pasar de los años, el nombre de Michael Alexander Páez Moreno, dará de qué hablar en el país y  llevará sobre su pecho el nombre de Colombia a nivel mundial.