Líderes del barrio Normandía expresan sus argumentos para defender el parque de la tala de árboles y de la instalación de grama artificial. |
La comunidad del barrio
Normandía ha emprendido un trabajo mancomunado para impedir que en uno de sus
parques se cambie la grama natural de la cancha de fútbol por grama sintética y
la tala de 58 árboles en el parque ubicado en inmediaciones de la calle 52 con
carrera 73.
De
acuerdo con Alberto Quintero, coordinador del Comité Empresarial de la Junta de Acción Comunal –JAC, el
proyecto presentado por la Administración Distrital también comprende la
construcción de andenes, senderos peatonales, camerinos, cafetería y la
instalación de modernos juegos infantiles, a lo que la comunidad no se opone
“siempre y cuando lo hagan de manera armónica, conservando la naturaleza de la
cancha y los espacios verdes”.
Con
lo que no están de acuerdo, así se lo han manifestado al Distrito por escrito y
a través de diferentes medios masivos de comunicación, es con la propuesta de
cambiarle la grama natural a la cancha por grama sintética, “Ignorando los
estudios que han demostrado que las canchas sintéticas dañan el medio ambiente
porque producen tóxicos y afectan el estado físico de los deportistas”, afirma Luis
García, Presidente de la JAC, quien al
tiempo manifiesta que su comunidad tampoco permitirá el encerramiento del campo
deportivo “Porque limitaría el acceso de las personas que hoy la usan
libremente” y mucho menos la tala de 58 árboles, de los 140 que posee el
parque, con el argumento de que están muy viejos y no son
paisajísticos. “Que nos demuestren con estudios técnicos que los árboles están
enfermos y si hay que reemplazar algunos que lo hagan, pero que por cada árbol
que se tale se siembren mínimo tres”.
Patricia
Ruiz, Tesorera de la JAC, advierte que si pretenden mejorar el parque deben
hacerlo nivelando la grama natural de la cancha, instalando más juegos, optimizando
la iluminación con luz LED y podando los árboles, pero jamás tumbarlos.
Un oasis entre la
selva de cemento
El
parque Ciudad de Bogotá, así se llama, sin duda es un remanso de paz a pocos
pasos al occidente de la Avenida Boyacá y al sur de la calle 53. Ofrece un
vasto tapete verde natural de 22.000 metros cuadrados y las aves que allí habitan
deleitan a propios y extraños con su armonioso trinar. Ese placer lo disfrutan
diariamente cerca de 500 personas mayores que reciben atención en los hogares
geriátricos que funcionan en la zona. También miles de estudiantes entre niños
de primera infancia, adolescentes y jóvenes que acuden a los colegios y
jardines infantiles del sector.
Además
lo utilizan libremente, los clubes de fútbol que permanentemente hacen sus prácticas
deportivas allí, para inculcar en los muchachos hábitos saludables que los alejen
de los vicios y la tecnología que carcome a nuestra sociedad.
Por
este motivo, los vecinos de Normandía han agotado diversos recursos para
conservar este espacio natural. Mediante un Derecho de Petición se pronunciaron
ante el Instituto de Recreación y Deporte –IDRD y la Administración Distrital. Pero
no se quedaron quietos y replicando el reciente caso exitoso del parque El
Japón, elevaron concepto a la Procuraduría y están organizando una Acción
Popular.
Para
los residentes de Normandía la lucha por el parque no es nueva, pues aún
mantienen vivo el recuerdo de cuando empresarios privados intentaron erigir una
construcción de 226 apartamentos en el terreno de la cancha. “Luego de
múltiples reuniones y después de un plantón grande que hicimos, donde el ESMAD
vino y nos golpeó, el IDRD se apersonó del problema y negoció con el supuesto
propietario el terreno para el Distrito, por 10.300 millones de pesos”,
recuerda García.
Por lo anterior, los vecinos de Normandía tienen
experiencia en estas lidias y están decididos a ir hasta las últimas
consecuencias para blindar el parque de la tala y la cancha de fútbol del
encerramiento y la grama artificial.