domingo, 3 de marzo de 2019

Normandía dice NO a la cancha sintética y la tala de árboles

Líderes del barrio Normandía expresan sus argumentos
para defender el parque de la tala de árboles
y de la instalación de grama artificial.
La comunidad del barrio Normandía ha emprendido un trabajo mancomunado para impedir que en uno de sus parques se cambie la grama natural de la cancha de fútbol por grama sintética y la tala de 58 árboles en el parque ubicado en inmediaciones de la calle 52 con carrera 73.

De acuerdo con Alberto Quintero, coordinador del Comité Empresarial de la Junta de Acción Comunal –JAC, el proyecto presentado por la Administración Distrital también comprende la construcción de andenes, senderos peatonales, camerinos, cafetería y la instalación de modernos juegos infantiles, a lo que la comunidad no se opone “siempre y cuando lo hagan de manera armónica, conservando la naturaleza de la cancha y los espacios verdes”.
Con lo que no están de acuerdo, así se lo han manifestado al Distrito por escrito y a través de diferentes medios masivos de comunicación, es con la propuesta de cambiarle la grama natural a la cancha por grama sintética, “Ignorando los estudios que han demostrado que las canchas sintéticas dañan el medio ambiente porque producen tóxicos y afectan el estado físico de los deportistas”, afirma Luis García, Presidente  de la JAC, quien al tiempo manifiesta que su comunidad tampoco permitirá el encerramiento del campo deportivo “Porque limitaría el acceso de las personas que hoy la usan libremente” y mucho menos la tala de 58 árboles, de los 140 que posee el parque, con el argumento de que están muy viejos y no son paisajísticos. “Que nos demuestren con estudios técnicos que los árboles están enfermos y si hay que reemplazar algunos que lo hagan, pero que por cada árbol que se tale se siembren mínimo tres”.
Patricia Ruiz, Tesorera de la JAC, advierte que si pretenden mejorar el parque deben hacerlo nivelando la grama natural de la cancha, instalando más juegos, optimizando la iluminación con luz LED y podando los árboles, pero jamás tumbarlos.

Un oasis entre la selva de cemento
El parque Ciudad de Bogotá, así se llama, sin duda es un remanso de paz a pocos pasos al occidente de la Avenida Boyacá y al sur de la calle 53. Ofrece un vasto tapete verde natural de 22.000 metros cuadrados y las aves que allí habitan deleitan a propios y extraños con su armonioso trinar. Ese placer lo disfrutan diariamente cerca de 500 personas mayores que reciben atención en los hogares geriátricos que funcionan en la zona. También miles de estudiantes entre niños de primera infancia, adolescentes y jóvenes que acuden a los colegios y jardines infantiles del sector.
Además lo utilizan libremente, los clubes de fútbol que permanentemente hacen sus prácticas deportivas allí, para inculcar en los muchachos hábitos saludables que los alejen de los vicios y la tecnología que carcome a nuestra sociedad.
Por este motivo, los vecinos de Normandía han agotado diversos recursos para conservar este espacio natural. Mediante un Derecho de Petición se pronunciaron ante el Instituto de Recreación y Deporte –IDRD y la Administración Distrital. Pero no se quedaron quietos y replicando el reciente caso exitoso del parque El Japón, elevaron concepto a la Procuraduría y están organizando una Acción Popular.
Para los residentes de Normandía la lucha por el parque no es nueva, pues aún mantienen vivo el recuerdo de cuando empresarios privados intentaron erigir una construcción de 226 apartamentos en el terreno de la cancha. “Luego de múltiples reuniones y después de un plantón grande que hicimos, donde el ESMAD vino y nos golpeó, el IDRD se apersonó del problema y negoció con el supuesto propietario el terreno para el Distrito, por 10.300 millones de pesos”, recuerda García.
Por lo anterior, los vecinos de Normandía tienen experiencia en estas lidias y están decididos a ir hasta las últimas consecuencias para blindar el parque de la tala y la cancha de fútbol del encerramiento y la grama artificial.