La Junta de Acción
Comunal del Barrio La Consolación, de Engativá, desarrolló el pasado 6 de abril
la sexta Jornada de recuperación de su Parque a través de los programas Basura Challenge y La Tapatón con el reto de vincular a la comunidad para limpiar el
espacio público y generar puntos de encuentro que permitan crear consciencia del
cuidado de nuestra casa común.
“La jornada
responde a una de las problemáticas más comunes de los parques, el uso
inadecuado del espacio público a través de la disposición inadecuada de los
residuos sólidos mal llamados “basura”, tenencia irresponsable de animales de
compañía por la contaminación que se deriva de no recoger las heces, y no
separar en la fuente los residuos, lo cual genera problemas de salud pública y de
convivencia”, indicó Luisa Fernanda León Luque,
Presidenta de la JAC.
Durante
la jornada se contó con la participación del Grupo Scout 76 Chimichagua, el
Colectivo Estirpe Nativa, la Fundación Tapitas por Patitas y el operador de
aseo Bogotá Limpia con quienes realizaron diferentes actividades con la
comunidad en general, especialmente con los niños, niñas y adolescentes del
sector.
Sin
duda, fue un espacio trascendental para generar consciencia en las familias
sobre el impacto de nuestras acciones cotidianas en la contaminación de la
naturaleza, de la que somos parte, el cuidado de las fuentes hídricas y la
importancia de adoptar en lugar de comprar animales de compañía.
Una Junta con una
estrategia definida
Para
León Luque, la estrategia central de la Junta se ha basado en primera medida en
dar prioridad como organización a la planeación del territorio y la autogestión,
a partir de la elaboración y ejecución del Plan Barrial 2017 - 2020 “Mi
territorio, un espacio resiliente para el buen vivir”. Una herramienta central
que ha permitido actuar en el territorio con base en pilares, programas y metas
claras que permiten medir las acciones y mejorar la labor en el territorio, trabajando
de la mano con organizaciones de la sociedad civil e instituciones del sector
público y privado.
En segunda medida, la necesidad de
tener un objetivo claro, de avanzar hacia una construcción colectiva del
territorio y la cultura del “Buen Vivir” a través de
la consecución de un desarrollo humano y no humano sustentable, equitativo e
incluyente de los habitantes y de la organización comunal.
Y en tercera medida, pensar en
acciones en el territorio que articulen lo local-global desde el pilar de la
sustentabilidad, que contribuyan a repensar la forma como nos relacionamos con
la naturaleza, el entorno y con nosotros mismos.