martes, 3 de noviembre de 2020

“¡La Alcaldía nos tiene abandonados!”


La comunidad de los barrios Molinos del viento, Plazuelas del Virrey, Álamos Norte y Garcés Navas, reclaman a las autoridades locales y distritales atención urgente a sus problemáticas: sus casas se están agrietando y la tranquilidad de sus familias se acabó por cuenta de los vehículos de carga pesada que desde hace un tiempo transitan sin control por sus calles. Ya van 12 víctimas mortales en un año.

La tranquilidad devivir en un barrio residencial se acabó parra los residentes del Garcés Navas yalrededores, por cuenta del desorden en la movilidad de la ciudad. Desde hace algún tiempo, por sus estrechas calles pasan camiones y mulas que transitan desde la calle 80 a la calle 72 o viceversa, amenazando el caminar tranquilo de las familias con bebés en coche, jóvenes estudiantes, personas mayores, motorizados y peatones en general. Las alarmas se dispararon a mediados de octubre cuando una joven motorizada fue arrollada por un vehículo de carga pesada ocasionando su deceso, y con ella, once víctimas más desde el año pasado.

“Estas son vías locales, por ende no tendrían por qué pasar vehículos pesados, adicionalmente por la 104 hay un grado muy alto de accidentalidad por el mal estado de la vía y las imprudencias que cometen los conductores, cuando los niños iban a los colegios y jardines de la zona corrían mucho peligro”. “Las autoridades competentes no entienden que estas vías no están diseñadas para la circulación de tractomulas y estos vehículos omiten las señales de tránsito”, dicen los residentes en las redes sociales. Y como si fuera poco, a altas horas de la noche y en la madrugada las casas y los apartamentos vibran ante el paso de los vehículos, afectando la tranquilidad del descanso y la estructura de las edificaciones, pues ya hay varias agrietadas.

“Los domingos a media noche y los lunes de madrugada las calles son invadidas por centenares de mulas que van hacia la 80 para salir de la ciudad,  no podemos descansar tranquilos porque las casas se empiezan a mover. Cuando tienen restricción, algunos de estos vehículos se quedan parqueados en nuestras calles obstaculizando el flujo vehicular y generando inseguridad”, explicó Ricardo Castro, residente de sector y miembro de la Junta de acción Comunal. “Cerca de la iglesia no tienen radio de giro porque las esquinas están hechas para vehículos pequeños, entonces las mulas se suben a los andenes, tumbando los muros y arrasando lo que encuentran sin importar. Colocamos bolardos pero también los rompieron, ahora colocamos riel pero igual lo deterioran porque siguen pasando y necesitan girar”, continuó Castro.  

                                                                                  

La desatención de las entidades

Desde las Juntas de Acción Comunal de los barrios afectados se han realizado diversas gestiones ante las entidades competentes, pero desafortunadamente no se han tomado decisiones que solucionen de tajo la problemática y devuelvan la tranquilidad a los residentes del Garcés Navas y aledaños. El Hormiguero pudo confirmar la alta vibración en las carreras 106 y 107 desde la calle 80 a la 72 y por ésta hasta alcanzar la avenida Ciudad de Cali. Basta con pararse en cualquier lugar de este recorrido para sentir los movimientos intensos como si se tratara de un sismo, al paso de los vehículos de carga pesada. De acuerdo con Armando Rodríguez, Presidente de la JAC de Garcés Navas, ante las múltiples solicitudes hechas a las entidades por parte de la comunidad, los funcionarios reconocen que estas vías no son aptas para el tráfico pesado, sin embargo, “se tiran la pelota” y no solucionan nada.

“Nos responden que debemos dirigirnos a movilidad para que envíen policía de tránsito, ya lo hicimos pero vinieron solo dos días y cuando se retiraron el tráfico y el caos volvió. Hemos evidenciado que la señalización está mal ubicada, se encuentra diez metros adentro del barrio cuando los vehículos ya han volteado, además sugerimos que ubiquen otras señales en la avenida Cali antes de que tomen esta ruta, pero nada”, dice el líder comunal.  Así mismo, con gran desconcierto revelan que en reiteradas ocasiones la alcaldía les ha aprobado el arreglo de sus calles  pero en el documento queda escrito el término “monto agotable” y por consiguiente los recursos se acaban antes de llegar a este sector. “A las reuniones que organizamos para exponer las problemáticas nos envían asesores sin poder de decisión para que tomen un listado de asistencia pero no nos concretan nada, nos sentimos realmente abandonados”, indicó Rodríguez. A lo anterior se suma el incremento de la inseguridad por la presencia incontrolada de extranjeros que amenazan la tradicional tranquilidad del barrio. Por estos motivos, centenares de residentes de este sector ubicado en la UPZ 73 de la localidad de Engativá anuncian que organizarán diversos plantones para impedir el flujo vehicular por la calle 72 y la 80. “Estamos cansados de visitas de funcionarios y de derechos de petición sin respuestas efectivas, desafortunadamente nos toca por las vías de hecho para que nos presten atención”, concluyeron los vecinos del sector.