Luego
de veinte 20 años de papeleos y solicitudes, la comunidad del barrio Acapulco logró
el salón comunal para el disfrute de sus habitantes. |
Corría el año 1996 cuando la Junta de Acción Comunal del barrio Acapulco gestionó la compra de una casa en el sector, la cual se demolió y adecuó para el funcionamiento del salón comunal, sin saber que tendrían que pasar más de 20 años para poder administrarlo, ya que fue dado en comodato por el Fondo de Desarrollo Local de Engativá a una organización sin ánimo de lucro. Desde entonces, año tras año los dignatarios de la JAC incansablemente solicitaron ante las diferentes administraciones el salón sin obtener respuesta positiva, hasta que lograron la atención de la actual alcaldesa Ángela Moreno Torres. “Hicimos la petición ante la alcaldesa local y ella, al ver el interés de la comunidad, se comprometió públicamente con el barrio a hacer las averiguaciones y los trámites respectivos. Así fue como iniciamos un nuevo proceso contrarreloj, antes del 25 de junio que iniciaba la Ley de Garantías, que culminó con la recuperación del salón”. señaló Hernán Ricardo Diaz Aguirre, presidente de la JAC.
Lo que viene
Recibir este espacio para el salón comunal, ubicado en la carrera 71 #71a-12, detrás del almacen Only sin duda, es un gran logro para la acción comunal del barrio Acapulco, quien tiene en su agenda muchas actividades, planes y proyectos para el beneficio de la comunidad. De manera apremiante, la primera tarea es dotar el salón con los inmuebles necesarios para el funcionamiento de la organización comunal, ya que éste fue recibido sin dotación alguna. Así mismo, se está gestando el desarrollo y puesta en marcha de una biblioteca comunitaria en el segundo piso del salón comunal, como punto de encuentro cultural de los niños, jóvenes y familias de la localidad, para la cual solicitan donaciones en libros y estanterías. Por lo anterior, a partir de junio de 2023 cambió la historia de la Junta de Acción Comunal del barrio Acapulco quien a partir de este momento ya cuenta con un espacio propio donde realizar sus asambleas, reuniones de comités, Jornadas de vacunación, ferias de emprendimientos y muchas otras actividades que la comunidad unida realiza, sin tener que soportar las dificultades del tiempo.
Durante los años que estuvo sin salón, la Junta de Acción Comunal del barrio Acapulco usó como punto de encuentro y sitio de reuniones las graderías de la cancha en el parque. Pero hacia el año 2003, debido a la presencia de barristas que llegaban al sitio generando situaciones de consumo e intolerancia, la comunidad tomó la difícil decisión de demoler las graderías y gestionar ante la alcaldía la intervención del parque, lo que permitió la construcción de una alameda, una plazoleta con juegos infantiles y la instalación mallas en las canchas, para proteger los vidrios de los ventanales de las casas vecinas. Hoy, las familias residentes del barrio acapulco se unen diariamente en torno al cuidado de su parque, controlando la presencia de consumidores de estupefacientes o de personas sospechosas que atenten contra la tranquilidad de quienes disfrutan de un rato de esparcimiento y recreación en el campo recreodeportivo. “Si vemos personas que vienen a consumir, activamos una alarma comunitaria. Y si no se marchan, les hacemos un llamado por altoparlante informando que hay gente extraña y evidenciando sus características. En ocasiones se cuenta con la reacción de la policía ante la información emitida en la alarma”, explicó el dirigente comunal.