En nuestra
edición de noviembre de 2021, con gran alegría publicamos la noticia de la
inauguración de más de dos kilómetros del sendero palafítico, en el borde norte
del humedal Jaboque. Hoy, con profunda tristeza, hacemos eco a las denuncias de
la comunidad, por los diferentes actos vandálicos que esta obra ha sufrido, en
menos de un año de funcionamiento.
El 20 de octubre de
2021 fue entregado a los bogotanos el sendero palafítico con un mirador y cinco
murales alusivos al ecosistema, que ofrece la oportunidad de disfrutar experiencias
únicas de contemplación en esta desconocida riqueza natural que posee Engativá,
en el tercio medio y bajo del humedal Jaboque. El sendero, prometía ser una
oportunidad de oro para fomentar la educación ambiental, garantizar la
seguridad del sector y favorecer el turismo ecológico de Engativá, en un lugar
que antes permanecía lleno de basuras y escombros.
Luego de entregadas las obras por parte del Acueducto de Bogotá, se hizo una invitación a las entidades distritales y locales a trabajar de manera integral para rodear el sector y aportar no solo en el tema ambiental sino también en la seguridad y sensibilización con la comunidad aledaña. Sin embargo, eso no se ha logrado y, al parecer, la magna obra ha caído en manos del vandalismo, por cuenta de la indiferencia de las autoridades y entidades del distrito y de la indolencia ciudadana. “En el sendero palafítico del humedal Jaboque se están roban las barandas metálicas, faltan estrategias de seguridad por la noche por parte de entidades como la Empresa de Acueducto de Bogotá, la Secretaría de Ambiente, la Alcaldía Local de Engativá y la Policía Nacional”, dice en un comunicado Juan José Senior, director de la asociación Ecovida y reconocido líder ambientalista de Engativá.
Las barandas del sendero palafítico han sido vandalizadas.
Foto: Asociación Ecovida.
La complejidad del lugar
Bien sabido es que en el lugar confluyen dos grandes problemas: el primero, es la ausencia de un doliente institucional comprometido, que tome decisiones para poner fin a la problemática. Esta maraña institucional permite que, lejos de adelantar una responsabilidad compartida, las entidades se “tiren la pelota” y ninguna coordine acciones interinstitucionales de manera autónoma y definitiva. El segundo, obedece al contexto propio del lugar, donde confluyen personas que botan basuras al humedal y continuamente están realizando quemas de todo tipo.
La Empresa de Acueducto de Bogotá, por su parte, reconoce que el sendero palafítico ha sido vandalizado y manifiesta su dificultad para ofrecer el servicio de vigilancia 24/7. “Estamos haciendo unos recorridos con una guía turística, pasante del SENA, los fines de semana. Sin embargo, en una ocasión invitamos al Instituto Distrital de Turismo, para que nos acompañara, tanto su directora como sus funcionarios se animaron, porque el lugar tiene un atractivo turístico y ambiental muy importante, pero el día que fuimos a hacer la visita técnica ocurrió un atraco en vivo con disparos y los funcionarios sintieron temor y no volvieron”, reveló Milton Rengifo, de la dirección de Gestión Comunitaria de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, quien se une al llamado para unir esfuerzos institucionales y ciudadanos en la búsqueda de solución. Ante este panorama, es muy complicado darle el uso para el que fue construido el sendero, malogrando las importantes inversiones económicas que se han realizado allí.
Sin duda, la solución más efectiva y rápida que reclama la ciudadanía es la puesta en marcha de un CAI específico para el territorio. También se pide la intervención de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos -UAESP, para que reubique a los recicladores apostados en la ronda del humedal, ya que “Esto afecta la seguridad y la estética del sitio”, dicen quienes han visitado el lugar.
Finalmente, se habla de la posibilidad de “encerrar” el humedal, para garantizar la seguridad, controlar el acceso y favorecer a los visitantes, pero hay quienes se oponen por diversas razones y de hacerlo, sería muy alto el costo de inversión.
De momento, se hace una llamado de S.O.S a las entidades distritales,
iniciando por la Alcaldía Mayor de Bogotá, para que no dejen perder las
inversiones en el lugar y arranquen de las manos de la delincuencia este cuerpo
de agua con su riqueza ambiental. “Cuántas ciudades en el mundo quisieran tener
un lago en su interior y nosotros tenemos este humedal y no lo valoramos, le
damos mal uso”, dicen los vecinos del sector.