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Las
aves viajan a velocidades muy altas, por lo que un choque contra una ventana es
casi siempre fatal.
La estructura ecológica de Bogotá comprende 17 humedales, 200 cuerpos de agua que incluyen ríos, quebradas y canales, más de 5.000 parques y un sinnúmero de alamedas, caminos verdes y antejardines, donde se encuentran cerca de 200 especies de aves nativas y más de 390 especies migratorias que transitan por la ciudad durante el último trimestre del año. Por ello, resulta necesario y urgente adoptar medidas que, conduzcan a proteger las aves de estos accidentes mortales, ya que los vidrios de las fachadas perpetúan el paisaje, confundiéndolas y ocasionándoles choques mortales. Para atender esta problemática, hace dos años las profesionales Jasbleady Castañeda y Gyna Patiño fundaron la Red de Colisiones de Aves -REBECA, con la que han concientizado a muchos ciudadanos sobre la importancia de prevenir estos nefastos eventos para proteger la vida de las aves. El Hormiguero invitó a sus creadoras, quienes nos compartieron datos importantes.
¿Cómo nace la Red de Colisión de Aves -REBECA?
Nace de la tesis de maestría de Gyna, con asesoría de Jasbleady, quien había trabajado en educación sobre colisiones y otras problemáticas que afectan a las aves migratorias. Viendo los vacíos de información que hay en Colombia, nos pareció interesante el tema. Pasado el tiempo, pensamos que esto no podía quedarse solo en Bogotá y decidimos que fuera a nivel Colombia. Hoy nos han contactado de otros países como Venezuela y Costa Rica. Cuando inició Rebeca, empezó como un proceso de ciencia participativa, nuestra prioridad inicial era recopilar datos que nos permitieran soportar lo que está ocurriendo a nivel Bogotá y Colombia con esta problemática. Saber cuántas aves están chocando, dónde y qué especies, y eso es lo que analizamos para generar información que se pueda divulgar y ser el soporte de otro tipo de estrategias: normativas o académicas.
¿Por qué se llama REBECA?
Pensamos
en una sigla que se relacionara con red bogotana de colisión de aves, queríamos
una palabra que fuera fácil de pronunciar y se nos ocurrió la palabra Rebeca en
una conversación por WhatsApp. Nos pareció que sonaba chévere y así se quedó,
al principio como bogotana, pero hoy tenemos cubrimiento nacional y fuera del
país.
¿Qué actividades realiza
REBECA?
Realizamos
charlas para diferentes públicos, nos gusta llegarle a gente que no tiene conocimiento
de aves y cuando las personas nos manifiestan que han vivido de cerca una colisión,
recolectamos esa información. Hemos hecho charlas en Bogotá con universidades,
colectivos, fundaciones, con la Asociación Bogotana de Ornitología, estuvimos
en la COP en Cali donde dimos a conocer lo que estamos haciendo. Hemos
participado en festivales de aves en el Valle de Tenza, en Garagoa y hace poco
estuvimos en el festival de aves en el Sumapaz con un taller en Arbeláez,
Cundinamarca.
¿Cuál es la realidad de la
problemática?
Las
personas no tienen suficiente información de esta situación aun cuando a la
mayoría les ha ocurrido, en su casa o donde un familiar o amigo, pero no lo ven
como problemática. Hemos encontrado que la mayoría de personas lo ven como algo
normal y no tienen la percepción de que esto es una problemática del planeta, pero
cuando les contamos lo que está ocurriendo se preocupan y quieren saber qué
hacer y qué medidas tomar.
¿A dónde les reportan las
colisiones de aves y qué trámite tiene esa información?
Pueden
reportarnos las colisiones de aves a través de nuestro portal web o de Instagram,
ahí tenemos un formulario donde se registra el hallazgo. Nosotras no atendemos
porque no somos veterinarias, pero tenemos aliados que nos asesoran en la ruta
de atención para saber a dónde llevarla y cómo la pueden atender mientras la
entregan a las autoridades ambientales, si está viva. Si está sin vida, recomendamos que las lleven
a la Universidad Nacional, Distrital o Pedagógica donde tienen colecciones
científicas de aves y otras especies.
¿Dónde se presentan más
registros de colisiones de aves en Bogotá?
La
georreferenciación que tenemos ha ido dando algunos indicios. En los lugares en
los que hay ventanas que generan reflejo y que están más cerca de la vegetación,
es donde más colisiones ocurren porque las aves están buscando zonas de
anidamiento, forrajeando o buscando pareja. Algunas universidades que han
venido vinculándose con nosotros presentan mayores reportes de colisiones como
la Javeriana o los Andes. También hemos identificado que al borde de los cerros
orientales hay una gran cantidad de colisiones por la cercanía con la
vegetación y los desplazamientos que las aves están haciendo por esas zonas.
¿Qué proyectos tiene
REBECA a futuro?
Queremos llegar al Caribe colombiano y al Orinoco, una opción puede ser mediante los festivales de aves. También queremos llegarles a los niños, los jóvenes y la gente mayor, porque finalmente este es un programa para todos. Nos hemos pensado también con productos tangibles de tal manera que la gente que no puede vernos a través de las redes sociales, pueda hacerlo a través de material impreso. Estamos construyendo una cartilla ilustrada de colisiones de aves que queremos enviar a lugares apartados para que los niños la puedan tener en las escuelas y puedan conocer lo que está ocurriendo. También buscamos que REBECA sea sostenible a través de los kits y de buzos y camisetas que se hacen con temas de la migración. Proyectos tenemos un montón, queremos viajar a otros lugares y presentar a Rebeca en congresos internacionales, que en otras universidades conozcan lo que estamos haciendo y podernos integrar con académicos que trabajan este tema.
Hoy vemos que las edificaciones casi en 100% están construidas en ventana ya sea tipo espejo, o reflejante, o translúcida. Desde Rebeca recomendamos una opción que consiste en instalar en la parte exterior de la ventana unos puntos adhesivos visibles para las aves, los cuales sirven para que ellas puedan cambiar su rumbo en esos sitios y no colisionen. Las luces también generan accidentes en las aves, porque aumenta el reflejo de los ventanales y alteran el tiempo de descanso. Una recomendación es mantenerlas apagadas y cerrar las cortinas para que se reduzca un poco el reflejo de los ventanales, sobre todo en épocas migratorias entre septiembre y noviembre.
