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80 estudiantes de colegios distritales de Engativá, reciben formación artística en teatro, danza, música y artes plásticas con enfoque ambiental, orientado al cuidado de las aguas y la posibilidad de sanear el rio Bogotá.
El proyecto de formación
artística El Guardián del Río, se
viene desarrollando desde agosto en la casa cultural Ensamblaje Teatro, ubicada
en la carrera 69A # 64F-48 del barrio La Estrada. De acuerdo con la actriz
colombo-cubana Mérida Urquía, directora de la Asociación Cultural Mi Compañía
Teatro, gestora del proyecto, el objetivo es sembrar en los niños, niñas y
jóvenes la idea de conservar el medio ambiente y el cuidado del agua a través
de cuatro áreas artísticas: Teatro, danza, artes plásticas y música.
El proyecto surge de la
necesidad sentida de crear conciencia sobre la conservación de lo que queda de
planeta. “Siempre me ha parecido nefasto
el vínculo histórico de Bogotá con el agua, porque tenemos antecedentes como el
enterramiento del rio Vicachá, donde se evidencia que la ciudad no ha tenido
una relación sana con el agua”. La puesta en marcha del
proyecto se logró mediante la convocatoria Centros de Laboratorios Artísticos
Nacionales (CLANES) del ministerio de las culturas en convenio con COCREA,
enfocada en la formación artística de niñas, niños y adolescentes de todo el
país. Cada sábado, niños entre
8 y 12 años del colegio Francisco José de Caldas aprenden artes plásticas o
música; mientras que los martes y jueves jóvenes entre 14 y 17 años del colegio
Naciones Unidas adquieren destrezas en teatro o danza.
Cuatro disciplinas, un solo objetivo
En el taller de teatro, dirigido por las actrices Mérida Urquía y Marisol Aristizábal, los niños trabajan en la obra: Un Juego Dramático del Agua, cuya historia evoca la leyenda de un Bochica indignado con los Muiscas por la contaminación del río Bogotá. Con La danza del Agua, la maestra Esmeralda Acosta explora las distintas posibilidades rítmicas que tienen las fuerzas hídricas, como la caída de la lluvia, la fuerza del mar, la permanente corriente del río y los distintos ritmos que ofrecen las aguas, condensados en una coreografía que fusiona movimientos de danza contemporánea y folclórica. En música, bajo la orientación del maestro Wolfgang Rangel Carreño, se desarrolla el taller Voces del Agua, donde los niños aprenden ritmos tradicionales de la costa caribe como el chandé, la cumbia y el garabato, con canciones cuyos sonidos recuerden las fuerzas hídricas. También aprenden a construir instrumentos musicales con materiales reciclables, como canecas de pintura o rollos de papel higiénico. En artes plásticas, los participantes reciben formación en Ecomoda, adquiriendo destrezas para reutilizar la ropa que no se usa, transformándola en piezas aprovechables como bolsas de mercado, entre otras. Teniendo en cuenta que la industria textil, es una de las más contaminantes del planeta.
Los niños que hacen arte son seres de paz
“Con El Guardián del Río estamos apuntándole a la sensibilidad humana, ganándole a la guerra de muchas maneras porque un niño que hace arte, baila, canta, toca un instrumento o hace teatro, no está pensando en cosas malas y son seres de paz y de conciencia en el futuro. Los países deberían invertirle mucho más a la formación artística desde las edades tempranas”, concluyó la directora del proyecto. El cierre del proyecto está programado para el 22 de noviembre, será un espectáculo abierto al público en el que habrá una nutrida muestra de las expresiones artísticas adquiridas por los niños, niñas y adolescentes durante más de cuatro meses. Todos cordialmente invitados.