miércoles, 3 de febrero de 2016

Sin excusa para dejar de estudiar

  • Con una verdadera pedagogía integral, que incorpora labor social con trabajo pedagógico, psicológico, médico, de valores y ambiental, cerca de 30 jóvenes desescolarizados, son atendidos y orientados cada semestre por el Instituto La Sabana de la Asociación Mutualista Quirigua.
Lo anterior, responde a la labor social de la Asociación Mutualista que ante la problemática de los estudiantes que por una u otra razón no pueden continuar en el sistema educativo tradicional, se dio a la tarea de abrir las puertas, desde el 2003, de una institución que trabaja con un puñado de ellos para adelantar sus estudios al tiempo que para orientarles ante las dificultades que atraviesan. “La mayoría de estos jóvenes han sido víctimas de bullying en sus colegios y por consiguiente han tenido dificultades en sus hogares. Muchas veces en los colegios tradicionales se confunde la dificultad actitudinal o cognitiva que presentan los estudiantes con maldad, pereza o falta de entusiasmo. Hay casos aislados en que están iniciando en el consumo, pero hay otros en los que las dificultades son cognitivas o comportamentales y simplemente requieren de una atención más directa y personalizada”. Así lo evidenció la Coordinadora del Instituto, Ana Lucía Abella, quien fue docente del distrito por muchos años y reconoce que es muy complicado manejar estos jóvenes con dificultades en grupos grandes donde no se alcanza a conocer el verdadero problema o preparar material propio para cada estudiante de acuerdo con su particularidad.
El Instituto la Sabana funciona en la carrera 90 88-05. Allí todos los días de lunes a viernes se dan cita no más de 30 jóvenes para recibir sus clases tradicionales en grupos que no van más allá de cinco por curso. Reciben clases en jornadas de 7 a 12 y deben cumplir con normas de convivencia, mínimos de comportamiento y excelentes resultados académicos.
Cada año, o ciclo, se desarrollan dos cursos de tal manera que un estudiante puede adelantar su bachillerato en tres años. Cada semestre se gradúa una promoción de bachilleres, los egresados salen muy bien preparados para afrontar la vida, no solo en conocimientos sino en experiencias, madurez, valores e inteligencia emocional.

Acompañamiento integral
Dentro de los servicios adicionales que presta la institución se encuentra el de psicoorientación, con profesionales especializados. De acuerdo con la psicopedagoga y orientadora del Instituto Flor Ángela Solano, “Las carencias de afecto son muy grandes y eso conlleva a que los muchachos busquen llenar esos vacíos con amigos y personas que no los conducen a buen término. Tratamos jóvenes con problemas de drogas, hurto o vinculados a pandillas. Lo que se busca es que ellos encuentren acá cariño, comprensión, apoyo, perder el miedo a contar ese tipo de situaciones. Vinculamos a los padres mediante charlas y los guiamos para que puedan interactuar con sus hijos y para que los jóvenes logren encajar en la sociedad de manera exitosa”.
Cuentan con el apoyo del hospital de Engativá que desarrolla jornadas de prevención al consumo, asistencia odontológica, médica, de orientación sexual y nutricional, con los estudiantes. También han recibido apoyo de la Alcaldía Local con profesores de teatro, cine y audiovisuales, para que los chicos desarrollen destrezas artísticas e interactúen con la tecnología de manera lúdica y responsable.
“Además trabajamos en un huerto ubicado en las instalaciones del centro y dirigido por el docente de biología, investigador, naturalista, animalista y licenciado de la Universidad Distrital. Tenemos lotes de cultivos de cebolla, zanahoria, aromáticas, tomate, etc; la idea es q ellos aprendan de agricultura  orgánica para que en sus casas repliquen el modelo y desde muy jóvenes adquieran responsabilidad ambiental”, dijo Ana Lucía Abella.
De igual forma los estudiantes del Instituto La Sabana, han realizado campañas de reciclaje con la comunidad. Recientemente, por ejemplo, con la ayuda de la empresa Aguas de Bogotá se recuperó el espacio público, en un sitio tradicionalmente conocido por ser botadero de basuras de habitantes de calle. Hoy es un jardín de llantas y ofrece un ambiente armónico a las familias y entidades educativas del