Reconocimiento a una vida de servicio comunitario
Luis Antonio Vega Valderrama y vecinos del humedal Jaboque |
Luis Antonio Vega Valderrama, gran líder reconocido por su entrega al cuidado del humedal Jaboque, nos habla de su rol como presidente de la Junta de Acción Comunal de un barrio que convive de frente con el cuerpo de agua: el barrio Villa Mary. (ver entrevista completa)
El Hormiguero. ¿Dónde queda el barrio Villa Mary?
E.H. ¿Cómo han logrado mantener cuidada la ronda del humedal a la altura de su barrio?
L.A.V. Cuando llegamos encontramos que el humedal Jaboque tenía solo agua y algunas plantas en las orillas y donde es hoy la zona verde era un botadero de volquetas, nosotros sembramos las plantas poco a poco con algunos vecinos y se fue ampliando con la gente que llegó al frente del humedal, porque tenemos más de tres kilómetros de frente. Las primeras plantas las sembré yo, también tenemos pinos, brevas, rosas, etc.
E.H. ¿Qué problemática
comunitaria se vive frente al humedal?
L.A.V. Que los dueños de las casas se han ido y han dejado inquilinos que poco se
esfuerzan y no colaboran con el cuidado del sector.
E.H. Villa Mary es uno de los pocos barrios que cuenta con un CAI, ¿cómo lo lograron?
L.A.V. Comenzó porque no había seguridad para la comunidad, se habló, se luchó para que nos colocaran un CAI al cual le resultaron muchos amigos que querían llevárselo para otros sectores, pero logramos que en un lugar libre que había se hiciera porque por ahí pasan de todas partes, sobre todo de Engativá pueblo hacia Álamos y otros sectores y hay mucho transporte. Desde la madrugada sube y baja mucha gente.
E.H. Villa Mary cuenta
con buena oferta educativa…
L.A.V. Tenemos tres colegios donde atienden más de mil alumnos. El colegio Mayor de Occidente, el Jardín Infantil Villa Mary que está muy descuidado por la gran cantidad de basura que posee en sus lados. Tenemos gran problemática con las basuras pese a que los carros están pasando a recoger, pero hay caos por eso.
Luis Antonio Vega Valderrama, líder comunitario y ambiental de Engativá |
E.H. Háblanos de su trayectoria como comunal
L.A.V. Vinimos del campo a Bogotá con mis
padres, en su época era muy escasa la educación y la cultura, ellos nos
llevaban y ahí fuimos aprendiendo, nos tocaba correr solos para la escuela.
Llegamos a Luna Park a una fábrica de ladrillo. De ahí salimos al barrio
Restrepo donde estuvimos un tiempo viviendo, luego pasé por el ejército donde
duré 27 meses, fui a trabajar a Bavaria y de ahí me retiré para trabajar independiente
porque estudié en el SENA mecánica y
electricidad. Y ahí aprendí lo comunal que ya se estaba moviendo. Cuando se
fueron formando las juntas comunales con los compañeros campesinos, había
grupos hermosos, se hacían fiestas, no había tantas peleas, se hacían muñecos, había
procesiones, los curas salían por todas las calles de los barrios, pero todo
eso ha ido cambiando. Luego llegué a Santa María del Lago, encontré que había
muchos trigales, cebadas, maíz, caminos muy delgados para ir de la 68 al
aeropuerto. En Engativá pueblo se hacían unas fiestas maravillosas y unos
muñecos grandísimos, habia mucha tierra, mucha chicha, la cerveza era muy poca.
Por mi estudio fui haciéndome conocer por
la comunidad, hasta llegar a ser elegido en Santa María del Lago. Fui también
de la defensa civil, pasé al Tabora y en estos lados he sido comunal en tres
sitios, antes era de Puerto Amor donde me regalaron un lote y ahí construí una
casa con mi familia.
E.H. ¿Cómo fue su gestión comunal en Puerto Amor?
L.A.V. Puerto Amor era un caserío pobre dividido
en dos sectores: uno era con gente que venía de Corabastos con mercado y
caballos y al otro lado estaban los albañiles, los sastres, las enfermeras, los
taxistas… no teníamos luz propia y cada rato había cortos, en la energía me
dijeron que podíamos pasarla por encima del humedal, nos tocó conseguir la
madera para hacer los postes y el día que pusieron la luz la gente se
enorgulleció mucho. Después se puso el agua. Luego en el periódico salió lo de
los teléfonos, fui a Villas del Dorado y me mandaron a las Nieves donde me explicaron
que se debían colocar postes y así nos pusieron teléfonos para cada casa. El día que se hizo la instalación la vecina
llamaba a la otra vecina y la gente se puso demasiado alegre y estaban
encantados. La telefónica dio tres meses sin pagar. Trajimos al cura a celebrar
misa los domingos, la policía traía orquesta, en diciembre traían mercado, yo le
decía a la gente que teníamos que asear porque venia el obispo, el alcalde, la
policía y todos salíamos.
E.H. ¿Cuál es la importancia para una comunidad el trabajo de la Junta de Acción Comunal?
L.A.V. La comunidad debe organizarse y nombrar sus representantes. Se tiene que ir a la alcaldía, a los hospitales y a donde se necesite para ayudarle a la gente. Ya vamos llegando al final a continuar el camino para guiárselo a otras personas. La alcaldía tiene mucho capital, pero para el arreglo llegan hasta ciertas calles y luego dicen que no hay plata y eso está mal porque para todos y en todas partes hay plata. Tenemos una cancha de microfutbol, pero no tenemos como ayudarlos, no tenemos para comprarles un balón o una camiseta.
E.H. También ha tenido
satisfacciones en su comunidad…
L.V. Nos llegó gente de México para hacer
carreras, les gustó eso el sitio para trotar y eso es muy emocionante. En los
colegios a los niños les están dando bicicletas y los están sacando unos profesores
a enseñarles, es otra cosa maravillosa.
E.H. Alrededor del Jaboque hay muchas personas que conocen muy bien el ecosistema y su cuidado, ¿Qué propone para tener en cuenta esos conocimientos de la comunidad desde la institucionalidad?
L.V. En lugar de darles a los abuelos 120 pesos para
que vayan a jugar naipe y a los 3 días ya no tienen plata, porqué razón no se ocupaba
a los abuelos para cuidar los jardines y las plantas, que se les de
herramientas y abonos a las juntas para que en tres días a la semana por tres
horas lleguen a trabajar con la seguridad que les va a costar todos los días y
se les de la mitad del sueldo de lo que se le paga a un obrero y así se sientan
útiles.