Corazón de María ha llevado la magia del folclor y el encanto de sus
coloridos trajes elaborados de manera autónoma, a parques, teatros e
instituciones, dentro y fuera de la localidad de Engativá. Cada una de las
participantes da testimonio de las bondades que ha traído a su vida la práctica
del baile.
Desde muy temprana edad fue profesora de danzas con alumnos de preescolar a bachillerato en diferentes colegios. Luego, a raíz de una enfermedad trabajó en una empresa para conservar quietud, pero su situación empeoró y fue así como tuvo que quedarse en casa donde enfrentó la incomodidad del encierro. Posteriormente ingresó a la Junta de Acción Comunal de su barrio y fue allí donde surgió la idea de retomar la práctica dancística con las personas de su territorio, contra los pronósticos y recomendaciones médicas. Hoy, presenta al mundo su agrupación “Corazón de María”, cuyo nombre rinde homenaje a la parroquia de su barrio que se llama Sagrado Corazón de Jesús. Confiesa que haber retomado lo que le gusta y le llena, le ayudó muchísimo para mejorar su calidad de vida.
“Ha sido una experiencia superespectacular, me encanta la danza. Antes
me frustraba mucho por estar en mi casa sola, en este momento este grupo es
parte de mi vida y he aprendido mucho. Cada una da un granito de arena y acá nos
convertimos en otras”. “Todas para una y
una para todas”.
Dora Yolanda Niño Chavarro
“He vuelto a nacer. Antes me sentía muy afligida en la casa, muy aburrida. Hoy en día soy otra persona”.
Aura castellanos
“Hace poco integro el grupo, pero ha sido de mucho crecimiento para mi vida. Perdí a mi esposo y venia de una vida dura; esto ha sido una terapia tanto médica como espiritual. Acá tenemos de todo, mis compañeras y la profe me han apoyado muchísimo, todo ha sido de mucho crecimiento. Tuve una fractura en un pie y los médicos me preguntan cómo hago para caminar, les respondí que practico danzas y me dijeron que siguiera bailando porque es lo único que me tiene de pie”.
María Eriscinda Betancur Ruiz
“Me siento muy feliz de participar en este grupo, estaba muy encerrada y esto ha sido un esparcimiento total, me siento emocional y psicológicamente muy bien. Estaba muy deprimida por la pérdida de familiares y hoy me siento muy bien y feliz. Estoy en lo que tanto me gusta desde la infancia. Además, me gusta mucho estar en público”.
Mercedes Lizarazo Silva
“Mi experiencia acá es una terapia, siento que valgo, me siento otra persona, si me quieren maltratar ¡STOP!, si yo cumplo con mi hogar tengo derecho a esta recreación. Es una terapia porque uno sale de la casa y llega al grupo que es de risas, enseñanzas y un ambiente muy bonito”.
Martha Helena Francesconi
“Llegar a los 60 años fue terrible, me sentí como agachada que ya no valía nada. Gracias a Merceditas que me invitó al grupo, vine y me encantó. Con mi familia lo mantuve en silencio, hasta la primera presentación, porque quería que ellos se dieran cuenta que yo sí podía hacer otra cosa diferente a labores de cuidado, sino que podía hacer otra cosa que me llenara.
Luego de mi primera presentación la alegría fue total, llevaron a mi mamá, fueron mis sobrinos y nietos y me llevaron flores. Me sentía única en el universo”.
Luz Marina Castillo
“Desde que salí pensionada me ha servido mucho, me relajé y ahora solo espero los martes y jueves para venir a las danzas. Invito a los hombres a disfrutar y compartir”.
Ana Lucía Corredor
“Hace 25 años bailo de toda clase de música. Me siento feliz porque he sido una persona muy alegre. Les hago una invitación a muchas señoras y señores que están encerrados. El baile es una terapia bastante bonita sobre todo mental y corporalmente, para evitar el alzhéimer. Es una distracción muy bonita de salud y bienestar para todos”.
Claudia Bohórquez
“Tengo leucodistrofia cerebral de nacimiento y practicar danzas me ha ayudado a agilizar más el movimiento del cuerpo, a seguir adelante con mis sueños y a superarme.
Aunque tengo que esforzarme más para lograr lo que hago y aunque a veces no memorizo, acá me siento bien, apoyada y ayudada por mis compañeras que son muy amorosas.
Con mis compañeras he experimentado muchas cosas bonitas y me alegra estar en este grupo que me ha ayudado a avanzar. Hoy me concentro más”.
“He vuelto a nacer. Antes me sentía muy afligida en la casa, muy aburrida. Hoy en día soy otra persona”.
“Hace poco integro el grupo, pero ha sido de mucho crecimiento para mi vida. Perdí a mi esposo y venia de una vida dura; esto ha sido una terapia tanto médica como espiritual. Acá tenemos de todo, mis compañeras y la profe me han apoyado muchísimo, todo ha sido de mucho crecimiento. Tuve una fractura en un pie y los médicos me preguntan cómo hago para caminar, les respondí que practico danzas y me dijeron que siguiera bailando porque es lo único que me tiene de pie”.
“Me siento muy feliz de participar en este grupo, estaba muy encerrada y esto ha sido un esparcimiento total, me siento emocional y psicológicamente muy bien. Estaba muy deprimida por la pérdida de familiares y hoy me siento muy bien y feliz. Estoy en lo que tanto me gusta desde la infancia. Además, me gusta mucho estar en público”.
“Mi experiencia acá es una terapia, siento que valgo, me siento otra persona, si me quieren maltratar ¡STOP!, si yo cumplo con mi hogar tengo derecho a esta recreación. Es una terapia porque uno sale de la casa y llega al grupo que es de risas, enseñanzas y un ambiente muy bonito”.
“Llegar a los 60 años fue terrible, me sentí como agachada que ya no valía nada. Gracias a Merceditas que me invitó al grupo, vine y me encantó. Con mi familia lo mantuve en silencio, hasta la primera presentación, porque quería que ellos se dieran cuenta que yo sí podía hacer otra cosa diferente a labores de cuidado, sino que podía hacer otra cosa que me llenara.
Luego de mi primera presentación la alegría fue total, llevaron a mi mamá, fueron mis sobrinos y nietos y me llevaron flores. Me sentía única en el universo”.
“Desde que salí pensionada me ha servido mucho, me relajé y ahora solo espero los martes y jueves para venir a las danzas. Invito a los hombres a disfrutar y compartir”.
“Hace 25 años bailo de toda clase de música. Me siento feliz porque he sido una persona muy alegre. Les hago una invitación a muchas señoras y señores que están encerrados. El baile es una terapia bastante bonita sobre todo mental y corporalmente, para evitar el alzhéimer. Es una distracción muy bonita de salud y bienestar para todos”.
“Tengo leucodistrofia cerebral de nacimiento y practicar danzas me ha ayudado a agilizar más el movimiento del cuerpo, a seguir adelante con mis sueños y a superarme.
Aunque tengo que esforzarme más para lograr lo que hago y aunque a veces no memorizo, acá me siento bien, apoyada y ayudada por mis compañeras que son muy amorosas.
Con mis compañeras he experimentado muchas cosas bonitas y me alegra estar en este grupo que me ha ayudado a avanzar. Hoy me concentro más”.