miércoles, 4 de agosto de 2021

“Fueron las necesidades las que nos unieron para buscar soluciones”

Construcciòn de la avenida Cali con calle 72

Con frecuencia algunas personas se quejan de los servicios del Hospital de Engativá  otros de lo distante, pero pocos de ellos conocen el proceso de lucha que implicó conseguir este lugar y solucionar  esta y otras problemáticas que tenía la localidad a inicios de la década del 90s. El derecho a tener un hospital y dar solución a necesidades locales  requirió  la integración de diferentes lideres comunales y cívicos quienes formaron en 1993 el Frente Cívico por Engativá con el propósito de exigirle al gobierno distrital responder a las necesidades que se tenían en la época.

La formación del Frente Cívico

Roberto Quintero, quien hizo parte del Frente Cívico y hoy presidente de la JAC del barrio Marandú, señala que dentro de este proceso fue importante Asojuntas ya que antes no existía en la localidad: “Cuando nace Asojuntas en 1989 hay mayor acercamiento entre los comunales de la localidad y se empieza un trabajo más organizado frente a las alcaldías de esa época. En ese proceso de organización se evaluaron una serie de necesidades que tenía la localidad, en aspectos como la malla vial, la falta de un hospital y otras se dieron discusiones y se nombró una comisión para redactar un documento y presentarlo al alcalde Jaime Castro”. Como había inconformidad ante la administración del alcalde mayor, líderes comunales, cívicos y políticos, se reunieron en varias ocasiones para evaluarla. Luego de un tiempo deciden organizarse en el Frente Cívico por Engativá para conjuntamente presentar a la administración soluciones a los problemas de la localidad.


Peticiones y demandas

Las diferentes problemáticas locales fueron recogidas en un pliego de peticiones que se condensó en catorce puntos que fueron expuestos por una comisión elegida para presentar a la administración distrital. De acuerdo con el Semanario Voz en su edición del 24 al 30 de junio de 1993, dentro de este pliego se solicitaba:” instalaciones de redes nuevas y colectores de aguas negras, mejor los servicios de alumbrado, teléfonos, energía eléctrica y vigilancia policial en zonas críticas”. Roberto Quintero, agrega: “Había unos puntos muy específicos que eran la construcción del hospital, la construcción del parque San Andrés, otra problemática que había era que en Bachué estaba la estación de policía en un espacio público, otro punto era la prolongación de la avenida 68 entre lo que hoy en día es la Cali y la entrada a Álamos Norte. También se solicitó mejorar la malla vial, construcción de varios CAI y la construcción de una sede de la Universidad Distrital que iba a ser donde hoy se encuentra el Colegio Distrital Bolivia”.

Ejerciendo presión social

Para ejercer presión ante las entidades distritales y la Alcaldía Mayor se realizaron acciones como dos movilizaciones para parar el transporte y una amenaza de paro, lo cual demostró que el Frente Cívico por Engativá tenía respaldo de la comunidad, lo que llevó al alcalde Jaime Castro a una negociación. El 5 de junio de 1993 se firmó un  acta de acuerdo entre los lideres del Frente Cívico y el gobierno distrital donde esté último se comprometió a cumplir, entre otros, con la construcción de la estación de policía, reactivación de los CAI de Quiligua, Garcés Navas y Villa Luz, reubicación de los vendedores ambulantes entre la calle 68 y la avenida Boyacá, revocar el contrato de entrega del estadio Tabora al IDRD, construcción de un polideportivo para la zona décima y adecuación del polideportivo de Bachué. La firma del acuerdo llevó a que se suspendiera por un tiempo un paro que se anunciaba realizar, así lo registro el diario El Tiempo en la edición del 6 de junio de 1993: “El comité organizador del paro cívico anunciado para el 7 de junio, suspendió por dos meses la protesta, a la espera de que en ese tiempo se comience en firme a dar soluciones en la localidad, en ese tiempo se hará seguimiento a las tareas del gobierno y tras el balance decidir si se hace el paro o no”.

Se hizo el paro cívico


Foto tomada el 5 de junio de 1993 a algunos integrantes del Frente Civico por Engativá.
Publicada por EL TIEMPO.

Pero pasaron más de dos meses y algunos compromisos no se cumplían, lo que llevó a que se nombrara un comité de las JAC de los barrios de la Cali hacia Engativá Pueblo, este comité impulsó un paro cívico para exigir el cumplimiento de los acuerdos. Aunque el inconformismo duro varios días, el día clave fue el 28 de febrero de 1994 cuando se realizó el paro recordado por Roberto Quintero: “Ese día se paralizó todo este sector de la localidad y hubo 20 detenciones de comunales que fueron a parar a la Cárcel Distrital, entonces eso nos provocó mayor bulla porque hubo gases, agua y salía por la televisión. La respuesta de la gente fue buena”.

Como contestación al paro, la administración distrital fue cumpliendo obras solicitadas como la construcción del hospital, del parque de San Andrés, el traslado de la estación de policía a Santa Helenita, la prolongación de la calle 68, entre otras. Sin embargo, otras siguen en deuda como la prolongación de la avenida José Celestino Mutis y la construcción de más centros educativos en la UPZ 74.

Hoy, cuando hay un paro nacional donde los jóvenes y otras poblaciones de la localidad han tomado parte activa, conviene no olvidar esta experiencia de acción colectiva, donde como evoca David Páez, otro de los integrantes del Frente Cívico: “fueron las necesidades que se tenían en la localidad las que nos unieron para buscar soluciones”.

Ojo con el nuevo POT de Bogotá

Desde el pasado 3 de mayo cuando la alcaldesa Claudia López hizo público el proyecto del ‘Plan de Ordenamiento Territorial (POT) 'El Renacer de Bogotá'  2022-2035’, con el que propone un modelo de ocupación y ordenamiento territorial local, urbano y regional, que le permitirá a la ciudad su reativación, reverdecimiento y recuperación, para la vigencia 2022–2035, se han venido desarrollando una serie de encuentros presenciales y virtuales donde la ciudadanía ha podido escuchar las propuestas y plasmar sus inquietudes, inconformidades, solicitudes y contrapropuestas. No es una tarea fácil, menos aún en estos tiempos de pandemia, protocolos de bioseguridad y virtualidad. El Plan de Ordenamiento Territorial que presentó la administración distrital contiene 623 artículos en 368 páginas y más de 1.128 páginas de anexos técnicos con 87 planos, lo que enreda su asimilación, dificulta la comprensión y por ende la participación. 

Grosso modo, el POT plantea ordenar el territorio a través de tres escalas:

La Regional: Región Metropolitana Bogotá Cundinamarca y la Región Administrativa y de Planeación Especial –RAPE- Región Central, que incluye el territorio rural de Bogotá.

La Distrital: para organizar el modelo de ocupación del suelo y equilibrar la ciudad, en su perímetro urbano.

La local: con un territorio organizado en Unidades de Planeación Local (UPL), con enfoque de proximidad. 

Una de las novedades del POT que más ha impactado a la ciudadanía es la re-organización político-administrativa de la ciudad mediante la creación de 32 Unidades de Planeación Local, donde Bogotá pasará de tener 20 localidades a tener 32 UPL, para que las personas se puedan mover en un tiempo máximo de 30 minutos dentro de un espacio que no supera los 400.000 habitantes.

De las que mantienen los nombres existentes hay 14 UPL:  Barrios Unidos (133.581 habitantes); Bosa (353.766); Chapinero (153.320); Engativá (384.903); Fontibón (228.899); Kennedy (312.002); Puente Aranda (243.271); Rafael Uribe Uribe (355.828); San Cristóbal (218.727); Suba (161.993); Sumapaz (4.462); Teusaquillo (145.689); Usaquén (257.361) y Usme (165.376).

Y otras 18 tendrían nuevas denominaciones. Estas son las UPL de Arborizadora (244.686 habitantes); Britalia (244.154); Centro Histórico (199.670); Edén (289.861); Entrebubes (189.397); Lucero (283.850); Niza (201.584); Patio Bonito (268.540); Porvenir (242.125); Restrepo (264.714); Rincón de Sur (270.179); Salitre (173.652); Tabora (368.932); Tibabuyes (266.233); Tintal (255.370); Toberín (274.131); Torca (13.257) y Tunjuelito (243.051). Otras, como La Candelaria, desaparecerían.

"Esas unidades son para hacer una ciudad de proximidad, el tiempo promedio de desplazamiento para cualquier cosa en Bogotá hoy es de casi dos horas, eso es hacerle perder a los ciudadanos casi el 25% de su vida en trasladarse simplemente de un lugar a otro, es inhumano, es improductivo, es insostenible. Aquí aspiramos con toda la red de espacio público, con toda la red de Metro, de movilidad, con toda la distribución de equipamientos la redistribución de esas oportunidades para que Bogotá pase a ser una ciudad de dos horas a ser una ciudad de más o menos 30 minutos en tiempos de recorrido", afirmó la alcaldesa Claudia López en una de sus intervenciones.   

 

Lo que viene para Engativá

En Engativá el POT propone tres UPL:

UPL

No

UPZ

ENGATIVÁ

(Deficitaria)

72

73

74

116

Bolivia

Garcés Navas

Engativá

Álamos

TABORA

(No deficitaria)

29

30

26

116

31

Minuto de Dios

Boyacá Real

Las Ferias

Álamos

Santa Cecilia

SALITRE

(No deficitaria)

116

31

105

Álamos

Santa Cecilia

Jardín Botánico

Las No deficitarias concentran mayor cantidad de servicios y equipamientos, contrario a las UPL deficitarias, que no poseen las condiciones óptimas de vida y por tanto las hace receptoras de más recursos de inversión.

Sin embargo, los engativeños han manifestado no tener la suficiente claridad de los ajustes que vendrán para su territorio e inconformidad por la división de las UPL, toda vez que fracciona la tradición política, social, económica y el arraigo cultural que trae la localidad desde hace décadas. Por ende, temas como la estructura ecológica, la malla vial, la operación estratégica del aeropuerto El Dorado y su consabida área de influencia aeroportuaria, las manzanas de cuidado, el manejo de reciclaje y de espacios públicos construidos como antejardines y cerramientos, el incremento de la PH, la llegada de la universidad pública, el Plan Porta, entre otros, son víctima de rumores y desinformaciones en las calles, por cuenta de la incertidumbre y del poco manejo de información por parte de la comunidad. Por ello, la invitación es a participar masivamente en los diferentes encuentros que adelanta la Secretaría de Planeación Distrital, la Junta Administradora Local y el Consejo Territorial de Planeación Distrital, o en su defecto, a ver las transmisiones que cada una de estas entidades ha realizado vía Facebook y se encuentran alojados en sus Fanpages. De esta manera, podemos enterarnos directamente de las propuestas planteadas en el POT, así como de las intervenciones realizadas por la ciudadanía, para desmitificar rumores, concentrarse en las verdaderas propuestas y sus consecuencias, aportar al proceso y extraer las propias conclusiones.

Canales de participación

Pero si se anima a presentar sus propias propuestas, a hacer sus preguntas puntuales y a conocer mejor la información, puede acudir a los diversos canales de participación por medio de la página web de la Secretaría Distrital de Planeación (SDP) www.sdp.gov.co, en las ventanillas de radicación del SuperCADE CAD, en las reuniones virtuales previstas que pueden ser consultadas en la página web de la SDP o dirigirse a los correos electrónicos:

potbogota@sdp.gov.co y consejoterritorialdebogota@gmail.com

Tenga en cuenta que en agosto se radicará el documento ante el Concejo de Bogotá, y se prevé que la ciudad en diciembre contará con un nuevo POT. El llamado es a la participación activa y responsable, a solicitar información y leer los documentos o analizar los mapas para identificar los cambios y conocer el nuevo orden proyectado. No espere que otros decidan por usted y tampoco espere que los cambios en su territorio le caigan por sorpresa.