jueves, 30 de junio de 2022

S.O.S. por el parque La Florida

 

En total abandono se encuentra el único Parque Regional de Bogotá, ubicado al occidente de Engativá. En el recuerdo quedan los tiempos cuando miles de jóvenes, estudiantes de colegios y jardines infantiles de toda la ciudad, realizaban prácticas recreodeportivas en sus 267 hectáreas. Y Los bogotanos añoran las actividades de respiro familiar en este gran parque que, por su riqueza natural, en 1970 albergó el Jamboree Scout Nacional.

Conoce Aquí los equipamientos que posee el Parque Regional La Florida.

La historia del parque La Florida data del Decreto 0277* expedido por la Junta Militar de Gobierno en 1957, quien “Considerando que era indispensable que las clases populares de Bogotá, tuvieran un gran bosque o parque de diversiones para la expansión al aire libre, con campos para deportes, piscinas y distracciones sanas, teatros al aire libre, clubes deportivos, pistas de patinaje, baños de agua caliente, sky acuático, etc., para lograr el constante mejoramiento de las condiciones morales y físicas de los habitantes de la capital de la República”, nombró una comisión especial que, luego de un estudio cuidadoso, dictaminó que la Hacienda La Florida “Era el inmueble más adecuado para la construcción de dicho parque popular, por su abundante provisión de aguas y potreros, que daban atractivo y facilidad para la práctica de los deportes”. De esta manera se decretó “De utilidad pública e interés social la adquisición, por el Distrito Especial de Bogotá, con destino a la construcción de un bosque o parque popular, la finca denominada "Hacienda La Florida", ubicada en jurisdicción del Distrito Especial de Bogotá y de los Municipios de Funza y Cota, Departamento de Cundinamarca”.

Para conocer la situación actual de esta riqueza ecológica y ambiental, que hoy presenta alarmantes niveles de deterioro como consecuencia del abandono estatal, El Hormiguero entrevistó a Juan Manuel Benítez, líder social y conocedor del territorio, desde hace más de quince años.

 ¿Cuáles son las problemáticas del parque?

Son muchas, pero las resumiremos así:

1.    No hay transporte público. La comunidad hizo la gestión en Transmilenio para que se asignara una ruta alimentadora desde el portal de la 80 hasta allá, pero respondieron que el servicio no puede salir de Bogotá. Es un contrapropósito que la alcaldesa, Claudia López, desincentive el uso del carro particular y motive el uso de la bicicleta y el transporte público, si ni siquiera arregla las vías ni ofrece un servicio público para su parque regional. Nos preguntamos ¿cómo hizo Transmilenio para llegar hasta Soacha? y ¿cómo tienen patio talleres en Cota?

2.    No hay alumbrado público. Más de la mitad del parque está en la oscuridad, lo que genera altos índices de inseguridad. Hace poco, los señores de Codensa retiraron la red subterránea, a raíz del accidente de un niño que se electrocutó por el mismo abandono en que tenían sus cajas, y quitaron cerca de 60 bombillas de la ciclorruta. Es un peligro pasar por allí después de las 6 pm. y eso se ha hecho popular en las redes sociales, mostrando una imagen negativa de un sitio creado y pensado para el esparcimiento y la recreación de los ciudadanos.

3.    No hay vías de acceso y las que existen están totalmente deterioradas, incluyendo las vías internas del parque. Las entidades encargadas como el Instituto de Desarrollo Urbano -IDU, la Unidad de Mantenimiento Vial -UMV, el Instituto Distrital de Recreación y Deporte -IDRD, se tiran la pelota. Hace más de un año retiraron el puente sobre el río Bogotá que conecta a Engativá con el parque La Florida y no dan alternativas. El Jarillón del río Bogotá está hecho un desastre y la gente desesperada lo ha ido rellenando con residuos de obra y escombros.

4.    El servicio de poda de la empresa Aguas de Bogotá es deficiente. El césped mal cortado, poca gente trabajando, algunos operarios sin experiencia y en algunos puntos del parque el pasto tiene hasta un metro de alto, lo que representa un peligro para la gente porque puede haber huecos o culebras, atentando contra la integridad de las personas.

 ¿Cuántos ciudadanos transitan por las vías aledañas al parque?

Desde las cuatro de la mañana cerca de diez mil personas que trabajan en la zona industrial de Funza, Siberia y Cota, usan esa servidumbre diariamente, en moto o bicicleta. Además, esta vía es una alternativa evitar el trancón de la 80 y llegar más rápido. La gente arriesga su vida y sus vehículos, con las maniobras que deben hacer, por transitar estas vías convertidas en barrizales.

 ¿Qué gestiones ha realizado la comunidad?

Permanentemente enviamos desde la cuenta de Twitter: amigosparquedelaflor, fotografías del estado del parque, a la alcaldesa mayor, a la alcaldesa local, a las entidades implicadas y a los entes de control. Nos hemos reunido con funcionarios distritales y departamentales, y nada. Escribimos a la personería de Bogotá y les pedimos que vinieran a evidenciar que la gente no puede transitar y los riesgos que corren. Solicitamos a la Veeduría Distrital que investigue lo que está sucediendo. Pero nadie toma medidas de solución.

 ¿Cuál ha sido la respuesta de las entidades?

En cuanto a las vías, las entidades se tiran la pelota y no dan ninguna solución. la Unidad de Mantenimiento Vial dice que no las pueden arreglar, el IDU responde que no tiene nada que ver y que es el IDRD el responsable, pero en 2007 le otorgo permiso a Telmex para pasar por la zona una red de fibra óptica. Y el IDRD no tiene como función hacer vías, eso le corresponde al IDU. En el año 2006, logramos que la Gobernación de Cundinamarca asignara 12.500 millones de pesos para el cambio del puente y el arreglo de la servidumbre, desde la autopista Medellín hasta la calle 13, pero el IDRD con la personería denunció ante la CAR a la Gobernación, argumentando que estaban afectando al medio ambiente, desconociendo que esa vía ya estaba pavimentada desde la época de la Junta Militar y lo que se iba a hacer era un mejoramiento. Recién posesionada la alcaldesa Claudia López nos reunimos con la UMV, el IDU y el Instituto de Infraestructura y Concesiones de Cundinamarca -ICCU, en las instalaciones del Instituto Distrital de Recreación y Deportes -IDRD. Los funcionarios acordaron elaborar un documento donde cada entidad se comprometía a realizar un aporte para resolver el problema, pero a hoy no ha pasado nada.

 ¿En este momento quién está a cargo del parque?

Cuando se consulta el sistema de información del IDRD, donde están todos los parques, se encuentra dentro del inventario el Parque Regional La Florida identificado con el código 10-311 y por ello, siempre ha contado con un administrador pagado por el Instituto. El servicio de poda es un contrato del distrito con la empresa Aguas de Bogotá y el Jarillón del Río Bogotá es responsabilidad de la empresa de Acueducto.

¿Desde la comunidad, cuál es la solicitud concreta a las entidades?

Que respeten a la gente, estamos pidiendo que Bogotá se apropie y realice un mantenimiento real a este gran y único parque Regional de la ciudad. Que instalen el puente que quitaron y permitan el acceso al parque la Florida de centenares de personas que usan este tramo para entrenamientos, trotar o montar bicicleta; que arreglen las vías incluyendo las internas, que organicen eventos recreodeportivos y las actividades de respiro que tanto publicitan en la manzana del cuidado, que permitan que centenares de niños, niñas, personas mayores, jóvenes y familias de Engativá y Bogotá, disfruten este parque público. También que permitan a miles de ciudadanos, de clase trabajadora, transitar por sus vías para llegar a la zona industrial de Funza, Siberia y Cota, reduciendo los tiempos de desplazamiento.

 ¿Cuál es la importancia del parque La Florida para Engativá y Bogotá?

Ese parque es un pulmón para el occidente de la ciudad. En Engativá centro están autorizando la construcción de torres de apartamentos alrededor del humedal Jaboque, sin prever que el sector no cuenta con parques ni sitios de recreación al aire libre. El único sitio de diversión es la ciclorruta que conduce al parque y el propio parque La Florida, pero la gente no acude por los problemas que existen. Además, sus vías son la única opción para miles de personas que viven en Engativá y trabajan en la zona industrial que allí existe.

lunes, 28 de febrero de 2022

El Garcés Navas, una ciudadela en el corazón de Engativá

Ubicado entre la carrera 104 y la 110 y entre calles 72 a la 80, el barrio Garcés Navas es la puerta de paso para muchos de los que llegan o salen de Bogotá por la calle 80. Sus inicios se remontan a finales de la década de los 60, con un proceso de autoconstrucción liderado por el Instituto de Crédito Territorial, cuando en el sector sólo había cultivos de trigo, papa, fresas, zanahoria, entre otros. Hoy, es uno de los barrios más consolidados de la Localidad y su nombre fue adoptado por la UPZ 73.

Líderes del barrio Garcés Navas, algunos fundadores, abrieron las puertas de su territorio, de sus casas y de sus corazones, al equipo periodístico de El Hormiguero, para compartir las historias que están impregnadas en cada calle, parque o andén que se recorra. Detrás de lo que hoy ven los espectadores desprevenidos que pasan por allí, hay muchas anécdotas que dan cuenta del trabajo social y comunitario de sus residentes, quienes de generación en generación se han caracterizado por ser luchadores independientes, aguerridos y empoderados de su entorno. Sin duda, el Garcés es uno de los barrios más privilegiados de Engativá, en sus inicios contaba con centro médico 24 horas, donde nacieron la gran mayoría de sus habitantes y de los barrios cercanos. Su imponente iglesia católica ofrece la bendición a los viajeros que por allí pasan desde la calle 80 buscando la 72, sus zonas verdes hacen amable el transitar de propios y extraños, el puesto de bomberos ofrece un parte de tranquilidad y el gigantesco campo de fútbol convoca semanalmente cientos de niños, jóvenes y adultos en torno al deporte y la recreación. 

miércoles, 23 de febrero de 2022

Un bosque bordeaba el humedal Jaboque

En el corazón de la localidad se encuentra un joven barrio, testigo del desarrollo acelerado que vivió Bogotá en la década de los 90. Sus habitantes narran de manera espontánea su historia, con la que fueron tejiendo la identidad de un territorio que dejó de ser un espeso bosque para convertirse en el barrio Bosques de Mariana, bordeado por el humedal Jaboque en Engativá. 

Al caminar por las amplias calles del barrio Bosques de Mariana se vive una mezcla de ciudad y de pueblo. El vaivén del transporte público y particular, el comercio creciente y el ambiente citadino se rompe con los saludos cariñosos de sus habitantes. Muchos se conocen entre sí hace décadas, han visto crecer sus hijos, han compartido esfuerzos para tener un barrio mejor. Y lo han logrado. Bosques de Mariana cuenta con agradables parques, diversos sitios de culto, varias opciones de colegios, acceso a vías principales de la ciudad y más hacia el occidente, con amaneceres y atardeceres únicos, por cuenta del humedal Jaboque. “Es muy gratificante despertar en la mañana con el canto de los pájaros o salir y tener al frente un espacio para pensar o meditar sin polución y sin ruido”, dice la joven líder Carolina León. Sin lugar a dudas, un barrio envidiable que pocos conocen entre calles 70 y 71ª y carreras 106ª a la 110ª, incrustado entre los barrios Plazuelas del Virrey, Villa Amalia y Villas del Dorado. Aunque empezó como un lugar alejado, sin vías de acceso, con pocos habitantes que compraban lotes para luego construir a su gusto y posibilidad, hoy es un barrio consolidado que alberga alrededor de 2.000 familias entre propietarios y arrendatarios. Ejemplo vivo de pujanza y trabajo comunitario.

domingo, 20 de febrero de 2022

La Palestina, un oasis entre la calle 80

Incrustado entre la selva de cemento en la que se ha convertido Bogotá, frente a la estación de La Granja-carrera 77 y al occidente del Minuto de Dios, un sosegado territorio ofrece a propios y desprevenidos extraños, hermosos jardines con zonas de descanso y esparcimiento. Un lugar que nadie imagina existe a pocos pasos de la acelerada calle 80.

El barrio La Palestina fue creado por la sociedad San Vicente de Paúl en los inicios de la década de los 60. Está compuesto por 330 casas construidas en cinco etapas, cada etapa con su respectiva zona verde. Limita al norte con el barrio Tisquesusa, al oriente con el Minuto de Dios, al occidente con la urbanización Afidro y al sur con la calle 80 y el barrio La Granja. El alto sentido de pertenencia de sus habitantes, la gestión de la Junta de Acción Comunal y la inclusión de sus líderes de antaño se ven reflejados en sus zonas verdes, en sus calles, en su salón comunal y en las fachadas de sus casas. No obstante, se encuentran estancados en un limbo jurídico porque las zonas comunes, como el parque principal, pertenecen aun a la sociedad San Vicente de Paul lo que impide que sean mejoradas con recursos públicos, pero tampoco reciben inversión ni apoyo de esta Sociedad. Un limbo, que la comunidad palestina exige sea desentrabado en la brevedad del tiempo para poder salvar del deterioro sus parques y ofrecer espacios deportivos dignos a sus residentes y visitantes. 

lunes, 29 de noviembre de 2021

Proyectando la vida entre cuerdas y teclados

A su corta edad Juanita Sánchez Robelto ha sido pianista, cantante y violinista, en bandas de metal, rock, música clásica, Ska y en la Orquesta de cuerdas de Bogotá.  

Mientras las noticias en la televisión, la radio y las redes sociales hablan de pandemia, de inseguridad, de gente inconforme y de protestas juveniles para exigir más y mejores oportunidades, en algún lugar de la localidad de Engativá una joven mujer dedica gran parte de su vida a practicar violín, piano y canto, instrumentos que desde muy pequeña la acompañan entre amores y desamores y hoy, le han dado las alas suficientes para volar lejos. Juanita Sanchez Robelto, a sus 22 años posee una larga trayectoria y un futuro promisorio en su carrera musical, la cual complementa con las habilidades adquiridas durante su formación en gestión de procesos industriales, donde la disciplina y la perseverancia han sido el secreto para exterminar sus miedos y proyectar sus sueños. Su reto: estudiar música en la Universidad Nacional de Colombia, su meta: estremecer al mundo con su voz y ser reconocida internacionalmente como soprano colombiana. Una historia digna de conocer, admirar, aplaudir y mostrar. Juanita, además de su talento ha tenido el privilegio de contar con una bella familia que siempre la ha rodeado para garantizarle el apoyo incondicional que todo artista necesita en su proceso de avanzar.  

El Hormiguero. ¿Cómo fueron sus inicios en el mundo de la música?

Juanita Sánchez Robelto. Desde muy pequeña me ha gustado la música. Mi papá toca la guitarra y siempre me gustaron las canciones en inglés, en el colegio cantaba en los festivales y en los English Day. Desde muy niña quería estudiar música y ser pianista, pero no funcionó en su momento, además escuchaba decir que la música no daba para vivir y que en la música es muy difícil conseguir trabajo. En mi familia no hay una persona cercana que esté en el medio, sin embargo, siempre me han apoyado.

E.H. ¿Cómo fueron los primeros acercamientos con el aprendizaje musical?

J.S.R. Yo alcancé a tener un violín a mis diez años, pero no me gustó. Luego, cuando tenía quince aprendí a tocar piano, recuerdo a un compañero del colegio que me enseñó a leer partitura en piano, pero super básico, el resto lo sacaba a oído yo sola. El colegio ofrecía la opción de aprender un instrumento, pero el profesor no tenía un acompañamiento real conmigo, me pasó el estudio Czerny Op 599, medio explicaba y me dejaba sola en el salón practicando. Eso fue algo triste porque me desanimó y creo que por eso no seguí con el piano en ese momento. 

domingo, 14 de noviembre de 2021

Krav Magá: prevención y defensa

El pasado 9 octubre en el barrio Bosques de Mariana, ubicado al noroccidente de Bogotá, se llevó a cabo una jornada de entrenamiento de Krav Magá, en la que participaron habitantes del sector con el objetivo de aprender técnicas de protección y cuidado, motivados por la situación de inseguridad y el incremento de delitos en la zona.

Líderes que se destacan

Daniel Santos, embajador humanitario y director nacional de la Federación Internacional de Krav Magá en Colombia (IKMF por sus siglas en inglés), encargado de liderar la actividad acudió al llamado de la comunidad cuando se dio cuenta del alto índice de delincuencia en la localidad, decidió iniciar un proceso de entrenamiento preventivo para disminuir los riesgos, a través de un programa pedagógico dirigido a niños, jóvenes y adultos. Además, ha expandido el sistema de autoprotección y defensa con instituciones oficiales como el Ejército Nacional, la Policía Nacional y organizaciones defensoras de los derechos humanos. En dialogo con El Hormiguero, Santos desde el contexto histórico del Krav Magá destaca que se desarrolló durante la Segunda Guerra Mundial y fue adoptado por el ejército de Israel como su sistema de defensa.

¿Qué es el Krav Magá?

Es un sistema desarrollado para que las personas tengan herramientas de autoprotección y defensa en escenarios no deportivos y no competitivos que sirvan para sobrevivir ante el peligro.

Fondo de Desarrollo Local de Engativá transfiere inmueble del Centro de Salud Emaús a la Subred Norte

Luego de 10 años de operación por medio de contratos comodatos con el Fondo de Desarrollo Local de Engativá, la Subred Norte es propietaria del inmueble donde funciona el Centro de Salud de Emaús. El Emaús hará parte de la implementación de la estrategia de Manzanas de Cuidado. 

Luego de varias reuniones y mesas de trabajo realizadas entre la Subred Integrada de Servicios de Salud Norte y el Fondo de Desarrollo Local de Engativá, se concertó la transferencia a la Sub Red del 100% de la propiedad del inmueble donde actualmente funciona el Centro de Salud Emaús, dando vía libre a los trámites administrativos que se requieren para la inversión en mejoras de infraestructura y ampliación de sus servicios. La transferencia del bien se da después de más de 10 años de operación del centro asistencial en este lugar, por medio de la suscripción de contratos de comodato en forma sucesiva. Considerando la necesidad de prestar servicios de salud en la localidad de Engativá y de mejorar la oportunidad, calidad, seguridad, resolutividad, accesibilidad e integralidad a los usuarios, la Subred Norte solicitó la transferencia, y tras diez meses de diálogos, se acordó y formalizó la entrega mediante la Resolución 486 del 16 de septiembre de 2021 “Por medio de la cual se trasfiere a título gratuito el derecho de dominio de un bien inmueble entre entidades descentralizadas del Distrito Capital”.

#Entrevistas

 “No he recibido plata, pero sí la palabra más hermosa: Gracias

Reconocimiento a la labor comunitaria de Enrique Cuéllar Hernández

Enrique Cuéllar Hernández, presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Los Ángeles, ha realizado un arduo trabajo de exhaustiva protección por el parque Los Ángeles, el cual es un pulmón de la zona oriental de la UPZ Garcés Navas, ubicado entre la calle 66ª y Calle 70 y carreras 100 y 101, en el perímetro del canal que lleva su mismo nombre.

El Hormiguero. ¿Cómo fueron sus inicios en el movimiento comunal?

Enrique Cuéllar. Inicié desde los 21 años como tesorero de la Junta de Acción Comunal del barrio San Rafael, fue una situación interesante porque era mi papá quien iba a asumir el puesto pero por un accidente no pudo y se acordó que yo lo reemplazara. De ahí en adelante me encaminé por el tema social del barrio donde hubo épocas muy bonitas, la novena de navidad era un espectáculo total. En esa época no habia gas, se repartía en botellones el líquido para las estufas, se estaba terminando el salón comunal, se tenían ingresos para ayudar a la comunidad más pobre. Después me fui del sector y duré desconectado un tiempo, por la universidad y el trabajo. Luego en 1998 llegué al barrio Los Ángeles y nuevamente me picó la alegría de la acción comunal, comencé por el comité de obras y desde ese año hasta la fecha he estado ininterrumpidamente en la JAC del barrio Los Ángeles, como fiscal, vicepresidente y hoy soy el Presidente.